3- Prepararás las condiciones para el cultivo: tierra, luz y agua

 

La tierra de cultivo para el cannabis

La tierra es una parte fundamental del cultivo. Una buena cosecha depende en parte de una buena tierra, pues de ésta, los abonos y el riego que añadamos, se alimentará la raíz de la planta.

 

3.1- Tipos de tierra

La mejor tierra para el cultivo del cannabis es una mezcla del tipo arenosa y arcillosa, una tierra denominada magra, con algo de contenido en cieno.

Las partículas de tierra arcillosa son pequeñas y compactas, haciendo el drenaje lento, mientras que las de la tierra arenosa son gruesas y permiten un buen aireado.

Las tierras arenosas  tienen como aspecto negativo que no retienen bien el agua y el aire, y por tanto desaprovechan nutrientes, mientras que las arcillosas no permiten el drenaje y acumulan sales de los fertilizantes. Por esta razón, lo mejor es mezclar ambos tipos de tierra, aprovechando los aspectos postivos y equilibrando los negativos de cada una.

En la actualidad, encontramos interesantes tierras en los grow shops, con la mezcla adecuada de componentes de los que se nutrirá la raíz de la planta. Éstas mezclan distintos tipos de tierra en sus justas proporciones para que obtengamos el mejor resultado en la cosecha.

Para iniciar el cultivo se recomienda utilizar tierra nueva, que contenga todos los nutrientes y posea la textura idónea.

Querer ahorrar dinero comprando sustratos baratos o reutilizando de anteriores plantaciones nos puede crear problemas de hongos, insectos o falta de nutrientes, que tendremos que compensar invirtiendo una cantidad económica mayor en solucionar estos problemas.

Las tierras que se comercializan para plantas en general pueden ser adecuadas para plantones y esquejes durante las primeras 3 o 4 semanas, en este caso habría que añadir a la tierra calcita dolomita o hidratada antes de plantar. Posteriormente, abonaremos la tierra para que la planta crezca robusta.

Podemos encontrar fertilizantes específicos para cada etapa de la planta en el grow shop. La agricultura orgánica utiliza mezclas especiales con guanos, algas y estiércol.

En el grow podemos encontrar tierra y otros sustratos con la mezcla específica para semilleros y otras para posteriores fases de crecimiento, como Seed mix, Light mix o Ata Kilomix.

 

3.1.1- Cubos y bloques para enraizar

 Para ayudar al enraizamiento de plantones y esquejes una buena opción son los cubos de turba o lana de roca, y los bloques Oasis que nos facilitarán mucho esta tarea.

Estos pequeños cubos son contenedores comprimidos recubiertos de una malla expandible que se dilata al hidratarse formando un taco, especialmente diseñados para ayudar a la planta a desarrollar numerosas raíces.

Se coloca un esqueje o semilla por cada cubo, en el que previamente haremos un pequeño pero profundo agujero con un palillo o varilla. La semilla debe quedar enterrada y el tallo del esqueje recubierto también alrededor.

A partir de la primera semana comenzarán a salir las raíces, cuando éstas sean numerosas hay que cortar la rejilla que envuelve el taco para que no queden aprisionadas, humedecer la tierra y transplantarlas con el cubo a una maceta con tierra o a un bloque de lana de roca.

Así la planta no sufre ningún estrés y su crecimiento es más rápido. En esta primera fase la marihuana no necesita nutrientes, por lo que no hay que abonarla, solo mantener húmedo el taco de enraizamiento sin llegar a anegarlo.

 

 3.1.2-Sustratos sin tierra

Las mezclas sin tierra son sustratos muy empleados por los cultivadores por ser altamente efectivos y económicos. Estas mezclas suelen llevar en distintas proporciones piedra pómez, vermiculita, perlita, arena, musgo de turba o fibra de coco.

Son una de las mejores opciones para el cultivo de la marihuana porque retienen el aire y la humedad y permiten un fácil crecimiento de las raíces. Se emplean sobre todo en el cultivo hidropónico.

Al ser compuestos inertes, a diferencia de la tierra, hacen más fácil el control del ph, la humedad y la concentración de ferlitizantes.

Su ph es estable entre 6 y 7, pero no contienen nutrientes por lo que requieren de abonado. También hay que regarlos constantemente, al ser incapaces de retener el agua.

Con un buen drenaje y mucha fertilización conseguimos un crecimiento más rápido de la planta, pero hay que eliminar los restos de abono.

Para ello lixiviaremos el medio regando más de lo necesario para que elimine las sales ácidas que quedan como restos de fertilizante. Esta operación es posible cuando hay mucho drenaje, bien en estos sustratos sin tierra bien con tierra, en este último caso  para ello añadiremos a la tierra del 10 al 30% de perlita gruesa antes de plantar.

Se recomienda que cuanto más fina sea la textura de la mezcla se empleen macetas o contenedores más pequeños, porque retienen más humedad. Las mezclas gruesas drenan más aprisa, ello permite que se fertilicen más porque eliminan los restos ácidos a través del drenaje.

 

3.1.2.1- Sustratos para marihuana

Los sustratos que mostramos a continuación son los más empleados tanto para germinar la semilla como para el cultivo hidropónico (Ver más en el capítulo 2).

 

Lana de roca

La lana de roca es muy común entre los cultivadores. Económico y ligero, este sustrato está compuesto de rocas basálticas y silicatos. Se pueden adquirir como cubos, planchas o bloques.

Al ser un medio muy hifrófilo (capaz de retener grandes cantidades de agua) es difícil encontrar el ciclo de riego adecuado. Si regamos poco, el crecimieno se ralentiza y la planta se marchita o muere. Si regamos con demasiada frecuencia, se puede formar moho en las raíces debido a la falta de oxígeno, de modo que podríamos ‘ahogar’ a la planta por exceso de riego.

Para regular perfectamente el riego en lana de roca existen unas bombas automatizadas que miden el riego y suministran los nutrientes adecuados.

 

 Consejos para usar lana de roca

 -Asegurarse que se trata de lana de roca para jardinería, y no para aislamientos, pues este tipo de lana está tratado contra el fuego y el agua.

-En seco, manipularla siempre con guantes y mascarilla para evitar aspirar los hilillos que desprende, pues son perjudiciales para el pulmón e irritantes al tacto. Una vez mojada ya no es irritante.

-Antes de usarla sumergirla durante 24 horas en un baño con un solución de ph entre 4 y 5, para compensar la alcalinidad de la lana de roca.

-No usar el sustrato en macetas con platillos porque aumentaría su ph.

-Drenar la lana de roca regando un 10% más de lo necesario para eliminar los restos de fertilizantes.

-Administrar una vez por semana una solución de enzimas, para que impidan que aparezca moho.

-No empapar la lana de roca completamente. Mejor hacer varios riegos al día o emplear sistemas de riego por goteo.

 

Arcilla expandida

La arcilla expandida es el sustrato más ecológico y de uso más sencillo. Contrariamente a la lana de roca este sustrato es hidrófobo, es decir, no retiene casi nada de agua, potenciando enormemente el drenaje.

Utilizando arcilla expandida nunca regaremos en exceso, un de las principales causas de muerte de la marihuana en sus primeras semanas. Además es un sustrato que se puede reultilizar.

La arcilla expandida está especialmente recomendada a para los que se inician en el cultivo hidropónico.

El mejor tipo de arcilla expandida la obtendremos mezclando gránulos de distinto calibre, lo que aportará mayor oxígeno a la planta.

Al compra la arcilla, hay que asegurarse de que nos se trata de arcilla decorativa, pues ésta lleva un barniz que altera el ph.

Si se quiere reutilizar hay que eliminar als raíces del cultivo anterior. Esterilizar con un magnetrón donde se introduce un 90% de agua y un 10% de Javel, un agua especial cargada de aniones que neutraliza la carga de los gránulos de arcilla.

 

Fibra de coco

El sustrato de fibra de coco se obtiene de la corteza de este fruto. Ahí es donde está el alimento que permite que crezca un cocotero y de él obtenemos numerosos nutrientes para la marihuana.

Al igual que la lana de roca es un sustrato hidrófilo, en este caso natural. La fibra de coco posee las mismas características positivas que la lana de roca pero nos evita muchos inconvenientes.

El mantenimiento es fácil y se puede reutilizar para futuras cosechas. Cuando termina su vida útil (3 o 4 cultivos) puede servir como compost.

Podemos adquirir la fibra de coco hidratada (deshecha) o en un bloque que tendremos que sumergir en agua.

 

 Consejos sobre el uso de fibra de coco:

-Regar un 10% más para facilitar el drenaje, como sucede en todos los sustratos hidrófilos. Retirar y desechar el agua de drenaje.

-No poner debajo de la maceta un platillo, lo que podría alterar el ph.

-Regar a intervalos regulares sin inundar la fibra de coco

-Utilizar una vez a la semana una solución de enzimas para evitar el enmohecimiento de la planta.

 

 

 Perlita

La perlita es roca expandida formada por pequeños guijarros blancos, porosos y muy ligeros.

Es un medio excelente para germinar semillas y plantar esquejes.

Se utiliza para facilitar el drenaje en mezcla con tierras, generalmente ocupando una cuarta parte del sustato.

Se require guantes y mascarilla para su manipular la perlita en seco porque desprende un polvo perjudicial.

 

Vermiculita

Es un sustrato formado por mica expandida por calor. Se emplea unto a otros sustratos como complemento porque retiene el agua.

Se puede usar mezclada en una proporción de 1 parte de verniculita por 5 o  10 partes de arcilla expandida, perlita o tierra.

 

3.1.2.2- Mezclas de sustratos

Una buena mezcla es un 10% de perlita y un 90% de turba.

Si la mezcla emplea más de un 15% de turba, como es un medio ácido, se deberá compensar su ph, añadiendo caliza dolomita.

Otra mezcla puede contener a partes iguales perlita y coco, así obtendremos un muy rápido drenaje, que tendremos que compensar regando a diario.

La arena gruesa, la vermiculita fina y la perlita son las mejores para enraizar esquejes, ya que drenan con rapidez impidiendo que la planta se pudra, uno de los problemas principales por los que mueren los plantones. Una buena combinación sería mezclar un tercio de cada tipo de tierra.

 

 

   3.1.3- Mezcla casera de tierras

Si utilizamos esta opción hay que tener experiencia en el cultivo. Si se es cultivador novato la mejor manera de garantizarse una buena cosecha es adquirir los preparados de tierra que encontramos en los grow shops.

La tierra de preparacion doméstica se debe tratar previamente para eliminar los microorganismos perjudiciales para la planta. Se recomienda unicamente para el cultivo exterior, ya que en el interior, el drenaje es mucho menor.

A continuación explicaremos cómo podemos preparar tierra casera, auque lo más recomendable para ahorrar esfuerzos y asegurarnos que la tierra está en perfectas condiciones sería adquirirla en un grow shop.

 

3.1.3.1- Ingredientes:

-80%: Tierra de maceta con alto contenido en turba (70%)

-10-20%: Perlita expandida

-Mezcla de fertilizantes:

Opción 1: Estiércol de vaca al 3% (no usar fresco si no se composta antes para eliminar organismos perjudiciales, mejor usar los preparados que se venden en polvo, granulado o en pelets).

Opción 2: Compost orgánico (3%), humus de lombriz (0,5-7%), cal de dolomita (0,5%), carbonato de calcio (cal) (0,25%), virutas de asta (0,5%)

Opción 3: Kelp en polvo (0,5%), harina de hasta (0,5%).

3.1.3.2- Procedimiento

Equipo:

-Un contenedor o espacio grande para mezclar la tierra (comprobar que esté limipio), se puede utilizar una hormigonera si es mucha la cantidad a mezclar.

Guantes y mascarilla. Para no tocar ni inhalar sustancias nocivas.

-Una jarra o cubo medidores

 Procedimiento:

-Añadir a la jarra las sustancias fertilizantes hasta llenar el 5-10% del total.

-Moler todos los componentes del fertilizante hasta conseguir un polvo fino que se mezcle bien en la tierra

-Verter la tierra (75-80% del total de la mezcla) en el recipiente.

-Añadir la perlita (10-20%) y mezclar con la tierra.

-Añadir el fertilizante a la tierra con perlita

-Mezclar cuanto más tiempo mejor

 3.1.4- Mezclas de compost con otros sustratos 

Existen diversas mezclas de sustratos con compost que ofrecen un resultado excelente. Podemos mezclar a partes igual el compost

con una mezcla sin tierra (con diversas proporciones de perlita, coco, vermiculita, turba u otros sustratos) o únicamente con fibra de coco.

Otros tipos de mezcla buenas serían: 0,3 de compost, 0,3 de mezcla sin tierra y 0,3 de fibra de coco y un 0,3 de compost, 0,3 de mezcla sin tierra, 0,16 de humus de lombriz y 0,16 de perlita.

 

 3.1.5- Cómo emplear correctamente el compost casero

 El compost es muy empleado en el cultivo exterior por su bajo precio y su capacidad para retener agua y nutrientes, pero si se emplea en el cultivo interior puede producir numerosas plagas.

Lo mejor es emplear hierbas y hojas, el césped cortado es idóneo por su alta cantidad de hidrógeno. Para el compost no pueden emplearse ramas, ya que tardan más tiempo en descomponerse.

Al crear la pila de compost se le pueden añadir elementos para enriquecerlo como enzimas y nutrientes primarios. Se le puede añadir estiércol, cuanto más viejo mejor para evitar plagas o semilas de malas hierbas. Las pilas de compost deben tener al menos un metro cuadrado de extensión y hay que moverlas periódicamente para que se aireen.

Si se va a emplear compost en interior hay que cribarlo antes para eliminar lombrices y gusanos. También hay que segurarse que su temperatura sea baja antes de mezclarlo con la tierra de interior.

El compost de jardín que se emplea para la tierra de preparación casera es un medio vivo que presenta numerosas bacterias y hongos. Por ello, si se mezcla tierra de jardín con compost  habría que asegurarse de que éste no contenga elementos nocivos para la planta.

Una de las soluciones consiste el poner la mezcla de tierra y compost de jardín al sol y calentarla hasta los 60°. Bastará con meter la tierra en una bolsa de basura negra y dejarla al sol durante unas cuantas semanas, comprobando que alcanza la temperatura indicada y girándola de vez en cuando para que el sol llegue por igual a toda la tierra. Otra opción es calentarla durante dos minutos en el microondas a máxima potencia.

 

3.1.6- Potenciar que los nutrientes lleguen a la planta

La importancia de escoger bien entre las distintas opciones para el medio de cultivo de la marihuana es fundamental para que la planta reciba los nutrientes que necesita.

Hay algunos medios que retienen cationes (iones o partículas con carga eléctrica positiva)  es decir, no los liberan para que lleguen a las raíces de la planta, esto sucede por tener un índice de intercambio de cationes alto (CIC).

El índice de intercambio de cationes (CIC) es una unidad de medida por cada 100 gr. de tierra que indica qué sustratos transmiten más alimento a las plantas.

Podemos observar que mientras la perlita o la lana de roca tienen un CIC de 0, o sea que nutren totalmente a la planta con sus nutrientes, el compost posee un CIC de 90, por lo que retendrá gran parte de sus nutrientes. El musgo de turba posee un CIC de 80, la tierra de jardín 70, la arcilla expandida 20 y la vermiculita 20.

 

3.2- Aditivos para la tierra

Los aditivos para tierra nos permiten incorporar sustancias orgánicas (vegetales o animales) o inorgánicas (minerales) para mejorar la capacidad retentora de nutrientes de la planta y la humedad.

 

3.2.1- Aditivos minerales

Los nutrientes minerales incrementan el aireado y el drenaje de la tierra, no alteran el ph y no generan bacterias, pero con el tiempo desaparecen por erosión.

Los principales correctores minerales de la tierra son:

La perlita, formada por arena o vídrio volcánico expandido con calor, aumenta rápidamente el drenaje durante el crecimiento y la floración.

La cantidad recomendada es de un tercio o menos de la mezcla, si añadimos más podría quedar en la superficie y estratificarse. Se puede adquirir en diferentes grosores, siendo la textura gruesa la más empleada.

La arlita se presenta como grandes bolas de arcilla expandida, y también facilita el drenaje. Se emplea mucho en agricultura hidropónica.

 La verniculita, formada por mica, además de retener el agua, aire y nutrientes, da mayor cuerpo a las tierras con mucho drenaje.

La verniculita fina se emplea con sustratos de drenaje rápido o como ingrediente para el enraizado, mientras que la gruesa se emplea como corrector de la tierra.

La piedra pómez es gran retentora a través de los agujeros que posee este mineral volcánico. Su proporción no deberá superar un tercio del total de tierra, ya que podría estratificarse al flotar a la supercie, como sucede con la perlita.

 

 3.2.2- Aditivos orgánicos

Los correctores orgánicos deben emplearse con cuidado porque si no poseen suficiente nitrógeno se lo pueden robar a las raíces de la marihuana.

Es imprescindible para asegurar una buena cosecha que trate de un abono de calidad y que se haya esterilizado, para evitar que introduzca hongos o microorganismos nocivos en la tierra.

El compost de jardín puede causar plagas y enfermedades, como plagas de escarabajos o contener alguna oruga, que sería mortal para la planta de marihuana.

El estiércol también puede crear problemas con las sales, hongos y semillas de malas hierbas. Ayudan a mejorar la textura de la tierra y a retener el agua pero hay que tener cuidado con la cantidad que mezclamos. Entre un de un 10 a un15% será suficiente.

La turba es vegetación parcialmente descompuesta. La turba más utilizada contiene musgo de esfagno e hypnum. Se emplean para mejorar los sustratos y también sirve para el cultivo.

La turba húmeda pesa mucho, por lo que se suele adquirir más la seca. La turba seca hay que agitarla antes de abrir el paquete y posteriormente humedecerla para mezclarla a la tierra.

La turba de musgo de esfagno, de color claro, tiene un ph entre 3 y 5, pero al pasar el tiempo tiende a bajar y quedarse demasiado ácido, por lo que habría que hacer comprobaciones para regularlo añadiendo calcita dolomita.

La turba de musgo hypnum tiene un color más oscuro y su ph es más neutro, entre 5 y 7. Retiene menos agua, pero a cambio no descompensa el ph.

La fibra o turba de coco o palmera, es muy buena para la floración y el desarrollo de los cogollos.

Este sustrato se extrae de la corteza del coco, remojándose en agua. Esta fibra resulta muy económica y fácil de utilizar. Nos aporta al cultivo su gran capacidad de retener agua y además es resistente y aislante.

Los ladrillos o bloques de coco deberían tener un contenido en sodio menor de 50 ppm para garantizar la calidad.

Los ladrillos de coco se colocan sobre los bloques de lana de roca para mejorar la retención de agua, o se mezclan al 50% con perlita o arcilla expandida para potenciar el drenaje.

Los ladrillos secos de coco se pueden sumergir en agua durante 15 minutos, proceso en el que la fibra se expandirá casi 10 veces por encima de su tamaño seco, o ser desmenuzados a mano.

 

 3.3- Preparar la tierra

 

3.3.1- La textura

 La textura de la tierra tiene que ser esponjosa. Esto lo podemos comprobar apretándola en un puño y observando si al abrir la mano se expande. Si es así entonces tiene la textura correcta para  la vida de la planta de marihuana.

 

3.3.2- El pH

 Otro aspecto que debemos tener en cuenta es el ph de la tierra. El pH mide si una sustancia es ácida, alcalina o neutra, siendo el valor 7 el del pH neutro. Por encima de este valor, el pH es alcalino y por debajo, ácido.

El ph adecuado de la tierra para el cannbis es de 6,5 a 7. Hay que ser muy cuidadoso con el ph, ya que cada valor que se suma multiplica el valor por 10, lo que quiere decir que una tierra de pH 8 es 10 veces más alcalina que la de pH 7 o neutro.

El problema con el pH alcalino es que genera sales tóxicas que se acumulan en la tierra y eliminan los nutrientes.

Por otra parte, un pH demasiado ácido provoca el mismo efecto de generar sales, en este caso ácidas, lo que también dificulta que la raíces puedan absorber los nutrientes.

El pH idóneo para el cannabis es de 6,5 a 7, mientras que la mayoría de la tiera para macetas tiene un ph más bajo.

El pH del agua de riego puede cambiar el de la tierra. El agua de riego en España suele se alcalina, esto compensa el ph de los abonos que harían la tierra ácida. Pero el pH del agua corriente doméstica también pude variar con las estaciones. Recomendamos contolar el pH del agua de riego una vez por semana.

 

3.4- Medición del ph

 Para medir el pH de la tierra o el agua de riego, el cultivador puede adquirir un kit para muestras de tierra, utilizando un medidor electrónico o un papel tornasol.

Se debe tomar de dos a tres muestras de tierra para que la lectura sea más fiable y comparar los resultados con una tabla.

En el caso del papel tornasolado, el cambio de tonalidad puede inducir a error, por lo que hay que tener en cuenta las recomendaciones del fabricante o vendedor. En todo caso, hay que asegurarse que se está midiendo bien el ph, porque un mal ajuste puede llevar a un mal crecimiento de la planta de marihuana.

 

PROCEDIMIENTO

 

3.4.1- Medición con papel tornasol

1- Introducir las muestras de tierra a medir (extraídas de diversas partes de la maceta o suelo) en un vaso limpio y humedecerlas con agua destilada.

Es muy importante que el agua sea destilada para que el resultado no salga erróneo, y también asegurarse de que los abonos que se haya utilizado no contienen colorantes, pues teñirían la muestra y la invalidarían.

2-Remover hasta crear un agua turbia y meter dentro las tiras de tornasol.

3- Observar el color y compararlo con una tabla de pH

 

3.4.2- Medición con peachímetro eléctrico

 Hay que tener en cuenta que el peachímetro eléctrico mide el pH según la corriente eléctrica que se transmite entre dos sondas, por lo tanto la tierra debe estar húmeda para propiciar la corriente. En caso de que la tierra estuviera seca, las sondas no realizarían una lectura correcta.

Es conveniente regar la tierra con agua destilada antes de la medición, para garantizar la humedad necesaria para la lectura sin afectar al pH.

Introduciremos la varilla en la tierra, apretándola alrededor de las sondas, y nos indicará la lectura del pH.

Una vez terminada la lectura, se deben limpiar las sondas para retirar restos de tierra.

También existen dispositivos que miden el ph regularmente, monitorizando el control de la acidez o alcalinidad de los nutrientes que aportamos al agua.

 

3.5- Ajustes del pH de la tierra

Uno de los ajustes del ph más empleados se realiza añadiendo a la tierra caliza dolomita fina. Este componente se añade antes de plantar.

Para ello mezclaremos con la tierra seca una taza de 25 cl. de caliza dolomita por cada 10 litros de sustrato. Regamos y volvemos a mezclar.

Cuanto más fina sea la caliza mejores resultados obtendremos, una caliza dolomita con grumos puede quemar las raíces.

 

3.5.1- Caliza dolomita y caliza hidratada

La caliza dolomita tiene un ph neutro y es muy apreciada porque no permite que el ph de la tierra aumente más de 7.

Este material está compuesto de magnesio y calcio, por lo que evita la acidez de la tiera. Aunque no es suficiente para compensar las sales tóxicas de las impurezas de agua y los resíduos de fertilizantes, que retiraremos con otros tratamientos.

La caliza dolomita, que mantiene el ph a largo plazo, se complementa con la caliza hidratada, que al no poseer magnesio, solo crea un efecto a corto plazo, aunque inmediato.

Este mineral también se emplea como fungicida en la habitación de cultivo, cubriendo el suelo o ciertos espacios.

 

 

3.5.2- Cómo emplear la caliza

 La caliza hidratada desparece de la tierra en unos 15 días, pero hay que tener cuidado con no añadir más de media taza (12 cl) por cada 30 litros de tierra.

Muchas veces la caliza hidratada se emplea mezcada con la dolomita (1 parte de caliza hidratada por 3 de caliza dolomita) para obtener efectos más rápidos en el ajuste del ph.

Otra mezcla de acción rápida sería 2,5 tazas (59 cl.) de caliza dolomita y 0,5 tazas (12 cl.) de caliza hidratada por cada 30 litros de tierra.

 

 3.6- Ajustes del pH del agua de riego

Tanto en el agua de riego tradicional como en el cultivo hidropónico se puede realizar una mezcla de sustancias alcalinas para que compensen la acidez del ph.

 

3.6.1- Compuestos alcalinos

 Este compuesto alcalino puede llevar carbonato cálcico, hidróxido de potasio o hidróxido de sodio. Los hidróxidos son cáusticos y requieren protección al usarlos (ver instrucciones del fabricante).

3.6.2- Compuestos ácidos

 Si queremos que el ph sea más ácido, en caso que el ph de la tierra se encuentre por encima de 7, se puede emplear azufre o vinagre.

El método con vinagre es el más sencillo. Se añade una cucharadita de vinagre blanco destilado por cada 3,7 litros de agua de riego. Se remueve y esperamos un rato para volver a medir el ph.

Si no ha bajado lo suficiente, volver a añadir la misma cantidad. Generalmente al añadir solo una cucharadita de vinagre el ph baja 1 punto.

3.6.3-  Conclusiones sobre el pH

La mejor manera de mantener el pH correcto de la tierra es añadiendo la caliza dolomita o la mezcla de ésta con caliza hidratada, removiendo la tierra antes de plantar.

En el cultivo hidropónico se emplea más el ajuste del pH desde el agua de riego.

 

 

3.7- Temperatura de la tierra

La tempertura de la tierra influye en el crecimiento de la planta, por lo que hay que tenerla en cuenta. Se debe mantener entre 18 y 25°, así aseguraremos que la planta absorba mejor todos los nutrientes.

3.7.1- Exceso de calor

Si la temperatura de la tierra aumenta los procesos químicos son más rápidos, lo que acelera el crecimiento de la planta, pero más de 39° provoca la deshidratación de las raíces.

Especial cuidado hay que tener con las macetas pequeñas que reciben mucha luz directa, pues un exceso de calor mata las pequeñas raíces superficiales y éstas tardarán de una a dos semanas en volver a crecer, restándole energía para su floración. Además estos capilares son fundamentales y no hay que perderlo porque absorben más rápidamente el agua y los nutrientes.

El agua de riego no debe de estar por encima de los 21°pues pierde oxígeno, ni a menos de 4°, porque las células del cepellón quedan dañadas.

3.7.2- Exceso de frío

Una tierra fría, por otra parte, ralentiza el crecimiento y dificulta la absorción de nutrientes. Cuando la tierra tiene una baja temperatura o se encuentra en un entorno frío hay que llevar especial cuidado de no regarla en exceso.

Las macetas sobre suelo de cemento acusan el frío que este material transmite, por debajo de la temperatura ambiente, por lo que se recomienda colocar un aislante, como el styrofoam.

 

3.7.3- Cómo calentar la tierra

Hay diversas formas de calentar la tierra, lo que más se utiliza para ello son los cables calentadores y las alfombrillas. Los primeros son más económicos, pero las alfombrillas ya vienen listas para su uso y no requieren la instalación previa de los cables. Sobre todo estos calentadores se emplean para el enraizamiento de clones

Si se realiza una instalación con cables térmicos, habría que colocarlos sobre una mesa o tablero y poner encima un material transmisor del calor. Se recomienda que los plantones o los esquejes se coloquen en bandejas de cultivo para mayor efecto.

 

3.8- Problemas por una tierra inadecuada

Cuando la planta de cannabis no goza de un sustrato rico en nutrientes, con un ph adecuado y une textura que permite la circulación de aire, sufre un estrés que afectará a su crecimiento.

Entre los signos visibles que nos indican que la tierra no tiene el equilibrio correcto encontramos:

-Bordes de las hojas color amarillo

-Color de las hojas a franjas o inconsistente

-Manchas irregulares en las hojas

-Hojas secas, crujientes o quebradizas

-Puntas de las hojas rizadas y caídas

-Clorosis: amarilleamiento de los nervios de los tallos

-Crecimiento alargado

-Extremos de las ramas sin crecimiento

-Tallos y peciolos de color morado

(ver más en capítulo 6)

 

 3.9- Macetas y contenedores para marihuana

La marihuana crece en cualquier maceta o contenedor limpio de tóxicos. Existen contenedores muy diversos en formas, tamaños  materiales. Veremos los principales.

 

3.9.1- Materiales de los contenedores

Los contenedores o recipientes donde plantaremos la marihuana se fabrican de distintos materiales, los más utilizados son el barro, plástico, metal, madera, fibra o pulpa de papel.

Los contenedores de barro o madera transpiran mejor que los de plástico o metal. El inconveniente del contenedor de barro es su peso para trasladar la maceta y también, que absorbe mucha humedad, lo que hace que la tierra se seque antes.

Los contenedores de metal están desaconsejados porque podrían oxidarse y perjudicar a la planta. Además, también son difíciles de mover a partir de cierta dimensión.

El más idóneo es el contenedor de madera, aunque algo más caro, es fácil de transportar y transpira bien. Están especialmente recomendados para semilleros elevados y sobre ruedas.

Las macetas de plástico son más económicas y se usan mucho, principalmente en cultivo de interior.

Hay que tener cuidado si se usa esta opción en las grietas que se forman entre la tierra y el contenedor cuando ésta se seca. Hay que rellenar la tierra y mezclarla con la superficie permanentemente para que no se escape por el agujero el agua de riego.

Las macetas de fibra y pulpa de papel son usadas sobre todo por cultivadores que las trasladan al exterior al crecer la planta. Su base se pudre, con lo que habrá que pintar el fondo de estos contenedores para que no se degrade si se desa mantener como contenedor permanente.

 

3.9.2- Cultivar en bolsas

Otra opción que muchos cultivadores de cannabis emplean es el cultivo el bolsas especiales o en los propios sacos de sustrato.

El cultivo en bolsas tiene la ventaja de ser muy fácil de transportar y su flexibilidad para adaptarse a lugares y al crecimiento interior de las raíces.

La tierra se expande y se contrae y es por ello que las bolsas y sacos de cultivo son muy apropiados para adaptarse a las distitnas dimensiones sin perjudicar las raíces de las plantas, que se quemarían en caso de no encontrar lugar donde expandirse.

 

3.9.3- Lechos y camas de cultivo

 Estos contenedores imitan la tierra de exterior en el interior, con todas las dificultades que ello supone para crear las mismas condiciiones ambientales. Pueden usarse en el cultivo de interior colocándolos sobre el suelo de una planta baja, como un sótano o un garaje.

Para faciliar el drenaje se suele añadir una capa de grava o realizar un pozo seco bajo el lecho de cultivo. El problema de crear un pozo ciego es que si el nivel freático es bajo podría llenarse de agua.

Los lechos elevados, aconsejados en el lugares de mucha humedad, maduran más tarde pero dan mejores cosechas.

 

3.9.4- Consejos

Lo ideal es que cada planta cuente con su propio contenedor, para poder cuidarla correctamente, sumergirlas en una solución medicinal o ponerlas en cuarentena si fuera necesario.

Eleva las maceta grandes sobre bloques o una base sobre ruedas par permitir que el aire circule y aumentar la temperatura de la tierra, lo que facilita el cuidado.

La mayoría de cultivadores prefiere contenedores altos a los anchos porque las raíces tienden a crecer hacia abajo y así crecen mejor. Pero si son altos y muy estrechos pueden perjudicar a la planta, haciendo que las raíces crezcan hacia las paredes y por tanto sean más vulnerables.

Se recomienda rastrillar la parte superior de la tierra en el contenedor para evitar que se apelmace (podemos pasarle un tenedor).

No poner el contenedor demasiado cerca de una fuente de calor, más de 24°C de calor perjudica la planta.

El mejor color para el contenedor es el blanco, porque refleja la luz evitando que penetre en la tierra y ralentice el crecimiento de las raices. Se puede colocar un contenedor negro dentro o pintarlo con pintura no tóxica negra en su interior para evitar que la luz directa llegue a las raíces.

Cada etapa de la planta requiere de un contenedor de un espacio determinado (ver tamaño de contenedores en el capítulo 2).

 

Luz y ventilación

 

3.10- Luz, espectro y fotoperiodo

3.10.1- Temperatura de color de las lámparas

La marihuana necesita, como todas las plantas, luz para crecer. Una intensidad y un espectro adecuados facilitarán su crecimiento.

La porción principal de luz del espectro que utilizan las plantas –un amplio rango de azules y rojos- es muy diferente al que utiliza el ojo humano para ver. Mientras que las plantas lo hacen entre 400 y 700 nanómetros (zona de Radiación Fotosintéticamente Activa), los humanos  sólo percibimos la porción central del espectro, en el rango de amarillos y verdes.

Aunque las bombillas producen sólo una parte de la luz que necesita la marihuana, ésta es suficiente para el crecimiento de la planta. La luz, además de medirse en candelas o lúmenes por metro cuadrado, se mide con la temperatura Kelvin, que expresa el color exacto que emiten las bombillas.

Las bombillas o lámparas de una temperatura entre 3.000 y 6.500 grados Kelvin son excelentes para el cultivo de la marihuana.

La Temperatura de Color Corregida (TCC) de una bombilla es el pico de temperatura Kelvin hasta el cual los colores se mantienen estables. Así, podemos clasificar las bombillas según sus valores de TCC, indicándonos la coloración emitida, pero no nos dirá la concentración de la combinación de los distintos colores emitidos.

Los fabricantes utilizan el Índice de Rendimiento de Color (RFA) y, cuanto más alto sea este, mejor es la bombilla para el cultivo. Para cultivar el mejor jardín basta con usar una pantalla reflectora adecuada con una bombilla de elevada RFA.

 

3.10.2- Fotoperiodo para la marihuana

Otro de los factores a tener en cuenta en el cultivo de la marihuana es el fotoperiodo, es decir, la relación entre la duración del periodo de luz y el de oscuridad al que debe estar expuesta la planta. El cannabis responde a la señal de la luz iniciando su crecimiento vegetativo, mientras que la floración es la respuesta a un periodo de oscuridad. El fotoperiodo varía en función de la variedad de marihuana.

Para la variedad sativa pura o Haze se puede empezar a cultivar con un fotoperiodo de 12 horas y, tras atravesar los periodos de plantón y crecimiento vegetativo, pasará sus tres meses o más de floración. Las variedades indica tienden a florecer antes y responden mejor a un fotoperiodo de 12 horas.

No obstante, sea cual sea la variedad de cannabis, es imprescindible someter a la planta a 12 horas de total oscuridad ininterrumpida para que florezca correctamente, madure antes, sus cogollos sean más grandes y el conjunto de la cosecha sea satisfactorio.

Esto lo puedes conseguir metiendo la planta 12 horas diarias en un cuarto oscuro. Si este periodo se viera interrumpido, la planta podría regresar a su crecimiento vegetativo al detectar luz.

Si eres de los que trabaja por la noche en el cultivo de interior y no quieres interferir en el periodo de oscuridad, puedes encender una bombilla verde. La luz verde no afecta al fotoperiodo de las plantas en floración puesto que la marihuana no responde a la zona verde del espectro luminoso.

 

3.10.3- Intensidad de la iluminación para el cannabis

La intensidad de la luz que reciben las plantas es otra de las magnitudes a tener en cuenta. Si la planta no recibe una buena iluminación dará cogollos poco compactos y el crecimiento será deficiente.

Las lámparas de descarga de alta intensidad son muy brillantes y su correcto uso permite cosechar más hierba por vatio. Cuanto más cerca esté la marihuana a una fuente de luz más vatios RFA recibirá y mejor crecerá, siempre que no sea tan cerca que el calor queme la material vegetal. Como truco, podemos atar un cordel de 30 a 90cm de largo al reflector de la lámpara DAI, midiendo así la distancia entre la bombilla y el ápice de las plantas.

√ Una lámpara DAI de 175 vatios rinde suficiente luz para cultivar correctamente un jardín de 60x60cm.

√ Si es de 250 vatios ilumina hasta un área de 90x90cm. En este caso, es importante mantener la bombilla entre 30 y 45cm por encima de la planta.

√ Por otra parte, una lámpara DAI de 400 y 600 vatios permite iluminar bien un área de 1,20 x 1,20m, colgando la lámpara entre 30 y 60cm por encima del jardín para el primer caso  (400 vatios) y entre 45 y 60cm por encima de las plantas, en el segundo (600 vatios).

√ Por último, una lámpara DAI de 1.000 vatios aporta luz suficiente para iluminar un área de 1,80 x 1,80m. En este caso, es necesario tener la precaución de no acercarlas a menos de 60cm para no quemar la planta.

No obstante, para grandes espacios, se aconseja usar bombillas de voltaje inferior a mil vatios, puesto que la distribución de la luz será más uniforme -lo que permitirá un crecimiento más regular por todo el huerto-, habrá más puntos de luz y las bombillas podrán situarse más cerca del jardín.

Se aconseja rotar las plantas cada uno o dos días para una distribución homogénea, ubicando las más pequeñas al centro y las más altas hacia los bordes del jardín; los plantones y esquejes en el perímetro –pues no requieren tanta intensidad- y las plantas en floración debajo de las brillantes bombillas.

 

3.10.4- Iluminación en las distintas fases de desarrollo

Te facilitamos los requerimientos máximos de luz para las plantas según su fase de desarrollo:

Plántula: 4.000 lúmenes por m² durante 16-24 horas

Esqueje: 4.000 lúmenes por m² durante 18-24 horas

Vegetativo: 27.000 lúmenes por m² durante 18 horas

Floración: 107.500 lúmenes por m² durante 12 horas

 

3.10.5- Espaciado entre plantas para iluminar

Si quieres que todas tus plantas experimenten el mismo crecimiento debes tener en cuenta el espaciado entre ellas, para evitar que se den sombra unas a otras.

Las altas (con grandes racimos arriba y cogollos débiles en la base) no se desarrollan de la misma manera que las bajas, que soportan mejor el peso de las puntas cogolladas y tienen mucho más peso en flores que en hojas.

En general, cada metro cuadrado de espacio acogerá entre 16 y 32 plantas.

 

3.11 Iluminación en el cultivo de interior

3.11.1- Luces de descarga de alta intensidad (DAI)

Los cultivadores de cannabis usan lámparas de Descarga de Alta Intensidad (DAI) para sustituir la luz natural en interiores. Estas lámparas superan al resto en lúmenes por vatio, balance de su espectro y brillo.

Respecto a los voltajes, las hay de 150, 175 y 250 (para pequeños jardines de hasta 90cm²); 400, 430 y 600 (las más populares entre los cultivadores europeos); 1.000 (las preferidas por los cultivadores norteamericanos) y 1.100, altamente eficientes.

En la actualidad, se han desarrollado muchas bombillas DAI nuevas (de 430 vatios de sodio AP, de halogenuro metálico de arranque por pulsación, las AgroSun, las SunMaster RFA o las de 1.100 vatios de halogenuro metálico) en diferentes formas y tamaños.

Diseñadas para ser duraderas y resistentes, estas bombillas son más duras si están nuevas que usadas. Para retirarlas del casquillo hay que esperar a que se enfríen y mantenerlas siempre limpias con un trapo, pues la parte externa contiene casi toda la luz ultravioleta y la suciedad reduce la entrega de lúmenes.

Si quieres saber cuándo sustituir tu bombilla revisa el tubo de descarga; te lo indica si está muy borroso o ennegrecido. Por lo general, las de halogenuro metálico deben sustituirse tras 12 meses de uso y las de sodio HP cada 18 meses.

Respecto al balasto o dispositivo que regula la corriente eléctrica, es muy importante elegir el que se adecua a tu lámpara. Evita los fabricados en Asia, especialmente los chinos, y si puedes permitírtelo, compra el sistema DAI completo: balasto, lámpara, casquillo, cable de conexión y temporizador. La lámpara equivocada conectada al balasto incorrecto puede provocar un fundido.

Para evitar el ruido y el calor que emiten puedes construir una caja y meterlo dentro, asegurándote de que el aire circule libremente para evitar que se queme. Fija los balastos a media altura de la pared sobre un tablero o sobre estanterías de manera que no estorben y estén alejados de salpicaduras. Piensa que la electricidad fluye a través de él.

Los balastos pueden estar fijados también a la luminaria o ser remotos, más versátiles, permitiendo la mejor opción para el cultivo de interior. Si tienes dos cuartos de floración, un balasto con interruptor te permitirá usar dos equipos de luces diferentes. Si tu presupuesto es limitado y sólo puedes permitirte un transformador, usa bombillas de conversión para cambiar el espectro.

Los balastos con fibra de vidrio no son recomendables para interior. La mayoría se venden con una sola derivación y se montan para funcionar con una corriente de 120 voltios (estándar en América del Norte) o a 240 (estándar en Europa, Australia o Nueva Zelanda).

En general, lo más sencillo es utilizar los sistemas normales de 120 voltios porque sus salidas son más comunes. Cambiar de 120 a 240 voltios un balasto con derivación múltiple es tan fácil como cambiar el cable de conexión de uno a otro voltaje. Respecto al consumo de electricidad, no hay diferencias entre sistemas de 120 y 240 voltios.

 

3.11.2- Tipos de lámparas DAI

La familia de las lámparas DAI incluye cuatro tipos de sistemas:

Lámparas de halogenuro metálico

Lámparas de sodio de alta presión (AP)

Bombillas de conversión

Lámparas de vapor de mercurio (ya obsoletas)

 

  • Lámparas de halogenuro metálico

        Características

Como ya hemos comentado anteriormente, existen diversos tipos de iluminación DAI. Las lámparas DAI de halogenuro metálico son, hoy por hoy, la fuente de luz blanca artificial más eficiente para cultivar cannabis. Las hay de 175, 250, 400, 1.000, 1.100 y 1.500 vatios. Pueden ser transparentes o llevar una capa de fósforo y todas ellas requieren un balasto especial.

Las de 175 o 250 son muy populares entre la mayoría de cultivadores de interior, evitándose las de 1.500 por su corta vida útil y la cantidad de calor que generan.

Mientras los americanos prefieren las lámparas grandes de 1.000 vatios, los europeos se decantan por las de 400. Generalelectric, Osram/Silvana, Westinghouse, Iwasaki, Venture o Philips ofrecen un halogenuro súper compatible con balastos y luminarias normales.

Las lámparas súper de halogenuro metálico proporcionan un 15% más de lúmenes que las estándar y, aunque cuestan un poco más, sale rentable. Las preferidas por los cultivadores son las bombillas Warm Deluxe.

Para interiores, las más utilizadas son las lámparas transparentes de halogenuro. Las súper aportan brillantes lúmenes para el crecimiento de la planta, mientras que las transparentes no súper son ideales para el crecimiento de plantones y desarrollo vegetativo y en floración.

Las de 1.000 vatios recubiertas de fósforo emiten menos ultravioletas que las transparentes, por lo que no son tan agresivas para la vista. No obstante, producen 4.000 lúmenes menos que el halogenuro estándar, un espectro de color distinto, más amarillo, y menos brillo. Por este motivo, las lámparas transparentes de halogenuro súper son las más comunes entre los cultivadores norteamericanos.

Funcionamiento

Respecto a su funcionamiento, estas lámparas producen luz al paso de la electricidad por el argón, mercurio o yoduro de torio, sodio o escandio situados en el interior del tubo de descarga, hecho de cuarzo.

Cuando estos gases están en la proporción adecuada se produce la luz blanca y brillante. Este proceso lleva de 3 a 5 minutos. El sistema de arco del halogenuro metálico requiere un rodaje de 100 horas en funcionamiento antes de que todos sus componentes se estabilicen. Ante un apagón, los gases necesitarían entre 5 y 15 minutos en enfriarse antes de volver a funcionar.

La capa externa de vidrio de la bombilla actúa de campana protectora del interior, absorbiendo la radiación ultravioleta. Por este motivo, es aconsejable usar gafas protectoras si vas a pasar mucho tiempo en el cuarto de cultivo.

Al encenderse la lámpara se necesita un alto voltaje para que se produzca el proceso inicial de ionización. Por ello, encender y apagar la lámpara varias veces al día acorta su vida útil, por lo que se aconseja arrancarla sólo una vez al día y usar siempre un temporizador. Te recomendamos que las coloques en posición ligeramente vertical.

La vida media de una bombilla de halogenuro es de 12.000 horas, casi dos años seguidos funcionando 18 horas diarias, y debe cambiarse cada 10-12 meses. El halogenuro puede producir destellos, resultado de que el arco se extingue  120 veces por segundo, aunque es normal y no hay que preocuparse por ello.

Cada vataje de lámpara de halogenuro metálico requiere un balasto diferente porque sus requerimientos de arranque y funcionamiento son únicos. Respecto a las bombillas universales de halogenuro metálico diseñadas para funcionar en horizontal o vertical, proporcionan un 10% menos de luz y suelen tener menos vida útil.

Las lámparas de cultivo SunMaster Warm Deluxe emiten una luz equilibrada. Las mejoras de la componente rojo-naranja favorecen la floración, la elongación del tallo y la germinación, mientras que un alto contenido de azul asegura un crecimiento vegetativo saludable.

 

Lámparas de sodio de alta presión (AP)

 Características

Las lámparas de sodio de alta presión (AP) se encuentran en 35, 50, 70, 100, 150, 200, 250, 310, 400, 600 y 1.000 vatios, y disponen de su propio balasto.

Estas bombillas son transparentes. Los cultivadores americanos las utilizan de 1.000 y 600 vatios, mientras que los europeos prefieren las de 400 o 600.

Emiten un brillo anaranjado y los cultivadores con jardines de 3m² las utilizan durante la floración de la planta, como método añadido al halogenuro de 1.000 vatios. Al duplicarse la cantidad de luz disponible y la franja roja del espectro, se producen grandes cogollos y apretados.

 

Funcionamiento

El funcionamiento de las lámparas AP se basa en el paso de la electricidad por el sodio y el mercurio que hay dentro del tubo de descarga. Un arrancador electrónico funciona con el componente magnético del balasto para proporcionar una pulsación corta de alto voltaje.

Este impulso eléctrico vaporiza el gas xenón e inicia el proceso de arranque, el cual lleva de 3 a 4 minutos. Ante un apagón de la lámpara los gases del tubo tardarían entre 3 y 15 minutos para enfriarse antes de que sea posible encenderlos de nuevo.

De forma similar al halogenuro metálico, cuenta con una bombilla exterior que protege el tubo de descarga y reduce la pérdida de calor. Aunque pueden funcionar en cualquier posición, suelen ubicarse colgadas en horizontal.

De todas las lámparas DAI, las de sodio AP son las que tienen la vida útil más larga y mantienen mejor la producción de lúmenes. La vida media de una lámpara de 1.000 vatios es de 24.000 horas o 5 años funcionando 12 horas al día y deben sustituirse cada 18-24 meses.

Las bombillas de sodio AP son baratas y fáciles de encontrar y todas las lámparas sirven para cultivar cannabis. Aunque son muy brillantes, su espectro contiene poco azul y mucho amarillo y naranja, provocando plantas más espigadas, pero sin reducir la cosecha.

La lámpara de 600 vatios de sodio AP es la más eficiente del mercado, mientras que las bombillas Son Agro de 430 vatios, con un espectro más azul y más temperatura, son las preferidas por los cultivadores europeos.

 

  • Bombillas de conversión

Características

Las bombillas de conversión permiten utilizar un sistema de halogenuro metálico o de vapor de mercurio con una bombilla que emite una luz similar a la de una bombilla de sodio AP. Mientras que la bombilla externa es parecida a una de halogenuro metálico, el tubo interno de descarga es parecido a los de sodio AP.

Hay bombillas de conversión de 150, 215, 360, 400, 880, 940 y 1.000 vatios y no precisan adaptadores ni equipos adicionales, simplemente se enrosca la bombilla para conectarla a un balasto compatible de vataje similar.

Funcionamiento

Las lámparas de conversión funcionan con un número inferior de vatios y son menos brillantes que las de sodio AP, pero un 25% más que las de halogenuro metálico. Su vida útil es similar a las de sodio AP, hasta 24.000 horas, y mientras que las de sodio parpadean al final de su vida, las de conversión se apagan.

Este tipo de bombillas son una buena alternativa si ya tienes o piensas en adquirir un sistema de halogenuro metálico y quieres luz extra amarilla y roja para la floración de tu planta. En el caso de que hayas optado por un sistema de sodio AP, las bombillas de conversión pueden proporcionarte la luz azul necesaria.

Los fabricantes han creado sistemas mixtos que combinan el sodio AP con el halogenuro y el halogenuro en sistemas de sodio AP.

La bombilla Sunlux Super Ace y Ultra Ace (Iwasaki) y la Retrolux (Philips) reproducen el espectro de las lámparas de sodio AP en sistemas de halogenuro metálico. El inconveniente es que producen menos lúmenes por vatio que las de sodio AP.

Por su parte, las bombillas de conversión White Ace (Iwasaki) y White Lux (Venture) poseen un espectro de halogenuro y se usan en sistemas de sodio AP. La bombilla convierte de sodio a halogenuro y produce 110.000 lúmenes iniciales.

 

– Lámparas de vapor de mercurio

La lámpara de vapor de mercurio es la más popular de la familia DAI, aunque no se aconseja para horticultura dado que sólo produce 60 lúmenes por vatio, resulta caro y produce un espectro de bajo índice RFA.

 

 3.11.3- Otras fuentes de luz: Lámparas fluorescentes

Fuera de la familia DAI, las lámparas fluorescentes son ampliamente utilizadas para cultivar clones, enraizar esquejes, plantas pequeñas en estado vegetativo, plantas madre e, incluso, para florecimiento del cultivo. Aunque en este último caso, deberás utilizar muchos fluorescentes si no quieres obtener cogollos de bajo peso y densidad.

Disponibles en varios vatajes y espectros, reproduce fielmente la luz del sol. Los tubos fluorescentes se venden en diferentes tamaños y a un precio muy razonable. Al producir menos luz que las lámparas DAI se aconseja ubicarlas muy cerca de las plantas, a 5 o 10 cm.

Las lámparas de tubo en espiral, o Power Twist, ofrecen lúmenes adicionales en la misma cantidad de espacio lineal. Los surcos, amplios y profundos, dan una superficie de vidrio más amplia y más cantidad de luz.

Respecto a los fluorescentes de luz negra, estos no se usan para el cultivo de cannabis dado que, al emitir rayos ultravioleta, fomentan la formación de resina en los cogollos. Los fluorescentes más comunes son Warm White, White, Cool White, Full Spectrum, Daylight o GroLux, fabricados por GE, Osram /Sylvania y Philips.

Los fluorescentes también se clasifican según su diámetro. Los cultivadores apuestan por los tubos T8 (los de 32 vatios rinden 100 lúmenes por vatio y los mantiene durante su funcionamiento) y T5 (los de 54 vatios entregan 92 lúmenes por vatio).

Funcionamiento

El funcionamiento de un fluorescente consiste en el paso de la electricidad por vapor gaseoso a baja presión, requieren una luminaria apropiada que contenga un pequeño balasto, para regular la electricidad, y la corriente eléctrica doméstica.

La luminaria suele integrarse con la pantalla reflectora. Los balastos duran 10-12 años y radian casi todo el calor que produce el sistema. Cuando finalizada su vida útil suele emitir humo y un olor químico. Suelen situarse tan lejos de los tubos fluorescentes que las plantas pueden tocarlos sin llegar a quemarse. Si tu balasto tiene una especie de barro marrón por encima o alrededor lleva cuidado y llévalo a un lugar autorizado. Podría contener sustancias carcinogénicas.

El fósforo recubre el interior del tubo de vidrio. La mezcla de químicos y los gases contenidos determinan el espectro de color que emite la lámpara, mientras que la electricidad crea un arco entre los dos electrodos de los extremos del tubo, estimulando que el fósforo emita luz, más fuerte en el centro del tubo.

Te aconsejamos un cambio de fluorescente cuando alcance el 70% de vida útil, que es de 15 meses funcionando 18 horas diarias.

Las lámparas fluorescentes compactas son similares a los fluorescentes de tubo negro, pero con más potencia, más pequeñas y con balastos electrónicos. Aunque no son tan brillantes como las lámparas DAI, funcionan a menor temperatura y requieren una ventilación mínima, por lo que son aconsejables para cultivadores con poco espacio y presupuesto. Este tipo de lámparas están disponibles en dos estilos y formas básicos: las modulares (con en forma de U alargada) y los tubos fluorescentes en miniatura (consistentes en varios tubos en forma de U).

La luz de las compactas se debilita rápidamente, por lo que debe situarse cerca de la planta, a unos 5cm del follaje. Las de forma corta de U son más eficaces colocadas verticalmente. Sustituir incandescentes por fluorescentes compactas supone un ahorro importante de electricidad y una reducción del calor.

Su funcionamiento consiste en el paso de la electricidad a través del vapor gaseoso a baja presión mientras que las bombillas están recubiertas de trifósforo, aumentando la emisión de luz.

Los fluorescentes compactos suelen durar entre 10.000 y 20.000 horas (18-36 meses con 18 horas de uso diario). La vida útil de un balasto FC es de entre 7 y 9 años funcionando 18 horas diarias. Aunque no son considerados peligrosos, este tipo de residuos debe gestionarse en un punto de recogida selectiva.

Existen otro tipo de lámparas, pero mientras las incandescentes son ineficientes, las brillantes de tungsteno son ineficaces y las eficientes de sodio de baja presión poseen un espectro limitado.

Si te has decidido ya a cultivar marihuana, te ofrecemos algunos consejos: Llevar control del consumo de electricidad para no levantar sospechas, usar generadores de bajo ruido y escape de gases,  temporizadores y controladores de humedad y temperatura, trabajar con un sistema que lleve toma de tierra, así como revisar periódicamente enchufes y tomas de corriente.

 

3.11.4- Accesorios para iluminación

El uso de una pantalla reflectora sobre la lámpara puede duplicar el área de cultivo. Aunque existen muchos y muy variados modelos, las horizontales son más eficientes para los sistemas DAI que las verticales, pues la mitad de la luz es directa y sólo la mitad de la luz tiene que ser reflejada.

Para disipar el punto caliente de luz que suelen tener estas pantallas y evitar quemar la planta, algunos fabricantes utilizan un deflector bajo la bombilla, lo que permite acercarla más al ejemplar.

Dentro de los reflectores verticales, las pantallas en forma de cúpula parabólica ofrecen los mejores resultados. También existen lámparas refrigeradas por aire o por agua, muy populares en climas cálidos.

Respecto al color de la luz ideal para el cultivo, el blanco mate (no satinado) no contiene casi pigmentos, por lo que no absorbe la luz y la refleja casi toda. El foylon y el mylar pueden ser aptos para conseguir una máxima reflexión frente a otros materiales como el papel de aluminio o el color negro.

 

3.11.5- Consejos para ahorrar energía

Si deseas aumentar la luz sin incrementar tu factura de la luz debes tener en cuenta algunos consejos:

1- Utilizar varias lámparas de 400 o 600 vatios en vez de luminarias de 1.000

2- Rotar las plantas a mano regularmente (durante las primeras 3 o 4 semanas de floración las plantas procesan un poco menos de luz que en las últimas 3 o 4, por lo que en este periodo hay que ponerlas debajo de la luz), o trasladar las plantas más pequeñas a una estantería.

3- Instalar lechos o camas rodantes

4- Organizar el cultivo en base a una cosecha perpetua haciendo florecer sólo una parte del jardín

5- Utilizar un motor para mover las lámparas una vez las plantas alcancen los 30cm. El motor te permitirá distribuir la luz de forma homogénea y hacer que el cannabis crezca de forma regular por todo el huerto.

Las lámparas móviles permiten que las bombillas se sitúen más cerca de la canopia, o copas de las plantas más altas, del jardín; aumentan el número de plantas a las que llega la luz brillante y la luz entra en la planta desde diversos ángulos, aumentando así un 25% o más la zona que se cubre con luz de gran intensidad. De esta manera, la luz está más cerca de las plantas y se hace un uso económico de ella.

Si te apetece instalar un transportador de luces debes fijar un tablero al techo, montar el raíl y anclar las unidades Sun Twist al tablero, que estará atornillado a las vigas del techo. Posteriormente, deberás conectar el cable de la corriente eléctrica al motor del dispositivo pasándolo por un temporizador y unir los cables eléctricos de soporte con bridas o atándolos a lo largo del recorrido. Por último, puedes reducir las vibraciones que provoca añadiendo un material que las absorba, entre el tablero de montaje y el techo.

Las paredes reflectantes son fáciles de montar con plástico Visqueen o bien pintándolas de blanco mate.

 

3.12- La Ventilación

Ventilación para el cultivo de interior

En interior, la calidad del aire, puede significar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Los jardines de interior deben controlarse meticulosamente para reproducir la atmósfera exterior.

En el exterior el aire es abundante y está repleto de dióxido de carbono (CO2), necesario para la vida de la planta, así como del oxígeno necesario para que las raíces sean capaces de absorber nutrientes. El dióxido de carbono combina la energía de la luz con agua para producir azucares. Estos azúcares sirven como combustible para el crecimiento y metabolismo de la planta.

Los cultivadores experimentados invierten en instalaciones adecuadas para la ventilación interior como una parte importante del cultivo.

Cuanto mayor es el volumen de plantas, más cantidad de aire renovado y rico en CO2 necesitarán para crecer rápidamente. Hay tres factores que afectan al movimiento del aire: Los estomas, la circulación y la ventilación.

Los estomas

En el cannabis, el flujo de oxígeno y dióxido de carbono está regulado por los estomas. Son poros microscópicos que están en el envés de las hojas, y pueden compararse con los hocicos de los animales.

Cuanto más grande es la planta, más estomas tiene para absorber dióxido de carbono y liberar oxígeno.

Pero los estomas se taponan fácilmente debido a la suciedad del aire contaminado y a los pulverizadores que dejan una película de residuos. Para evitar que se taponen hay que pulverizar el follaje con agua templada un día o dos después de pulverizar con pesticidas, fungicidas o solución nutriente.

La circulación

Cuando no hay aire nuevo y rico en CO2 que sustituya el aire usado se forma una zona de aire muerto alrededor de la hoja en pocos minutos.

Esto ahoga los estomas y prácticamente detiene el crecimiento. Para evitar esta posibilidad hay que abrir una puerta o una ventana, o instalar un ventilador oscilante. La circulación del aire también ayuda a prevenir los ataques de plagas y hongos dañinos.

La Ventilación

Todos los cuartos de cultivo requieren ventilación. El sistema podría ser tan simple como una puerta abierta o una ventana que proporcione aire nuevo y lo haga circular por todo el espacio, pero las puertas y ventanas abiertas pueden resultar inconvenientes y problemáticas. El aire nuevo es fácil de obtener y barato de mantener, tan sencillo como enganchar y montar un extractor de tamaño adecuado en el lugar más eficiente.

Suministrar aire nuevo a las plantas asegura que tengan una cantidad adecuada de CO2 para continuar su crecimiento rápido.

Un jardín de un metro cuadrado utiliza entre 38 y 190 o más litros de agua cada semana. Las plantas transpiran esta agua de forma similar a la evaporación, por lo que la humedad queda en el aire.

Si se deja esta humedad en el cuarto de cultivo, aumentará hasta alcanzar el 100%, lo que ahoga los estomas y deja el crecimiento en suspenso.

Por esta razón hay que sustituir el aire húmedo con aire nuevo y seco mediante un dispositivo de ventilación que extraiga el aire húmedo y viciado del cuarto de cultivo.

Un extractor renueva el aire de una habitación cuatro veces mejor de lo que es capaz de empujarlo un ventilador.

 3.12.1- Tipos de extractores

Los extractores se clasifican según la cantidad de aire, medida en pies cúbicos por minuto (cfm) o en metros cúbicos por hora (m3/h), que pueden mover. El extractor debe ser capaz de renovar el aire de un cuarto de cultivo en menos de 5 minutos.

Los extractores en línea están diseñados para encajar en un conducto de ventilación. Los propulsores están montados para incrementar el flujo de aire rápidamente, sin esfuerzo y los más silenciosamente posible.

El máximo de eficiencia se consigue cuando el conducto está totalmente recto y es corto, una curvatura de treinta grados reduce la transmisión de aire hasta en un 20%.

3.12.2- Seguridad

Si instalamos un aparato de ventilación para liberar gran cantidad de aire que mejore las condiciones de nuestro cultivo, debemos impedir los escapes de luz o de olor a través del respiradero exterior.

Hay que colocar un extremo del conducto en el exterior. Deberá estar bastante alto, a más de cuatro metros preferiblemente, así el olor se dispersa por encima de las cabezas de la mayoría de la gente.

Una de las mejores aberturas de ventilación es la chimenea. La salida puede camuflarse mediante el uso de un tubo de salida de secadora conectado a un extractor. Este se sitúa cerca del techo, de forma que ventile el aire húmedo y caliente. Para comprobar si hay fugas de luz o de aire después de hacer la instalación hay que salir fuera, cuando ha oscurecido, y comprobar que no hay fugas.

Cuando el tiempo es frio o caluroso el aire que revoca podría alterar el clima que hay en el espacio cerrado y permitir la entrada de plagas y enfermedades. Instalar un extractor con rejillas elimina el aire revocado pero puede poner en riesgo la seguridad

 3.12.3- La temperatura

Es esencial tener controlada la temperatura en los cuartos de cultivo. El termómetro ideal es del tipo diurno-nocturno o máxima-mínima, que mide las caídas de temperatura por la noche y las máximas alcanzadas durante el día.

El rango ideal de temperatura para el crecimiento en interior está entre 22º y 24ºC. De noche no debe bajar más de 8ºC o la humedad excesiva y el moho comprometerían el cultivo. Las temperaturas diurnas no deben superar los 29ºC ni bajar de los 15ºC, que ralentizarían el crecimiento.

El cannabis regula su toma de oxígeno en relación a la temperatura del aire, más que en función de la cantidad disponible de este elemento. El aire debe contener al menos un 20% de oxígeno para que las plantas prosperen, ya que las plantas lo utilizan en gran cantidad.

El ritmo respiratorio de las plantas se duplica aproximadamente cada 10ºC, a medida que las raíces se calientan, se incrementa la respiración radicular, lo que explica la importancia de renovar el aire tanto de día como de noche.

Los termostatos miden la temperatura y la controlan encendiendo o apagando un dispositivo que regula la calefacción o la refrigeración. Se puede usar un termostato para controlar los extractores de ventilación en todos los cuartos de cultivo.

Los termostatos comunes pueden ser de una fase o de dos. Los termostatos de una sola fase controlan un aparato que mantiene la misma temperatura de día y de noche. Uno de dos fases resulta más caro, pero puede ajustarse para que mantenga una temperatura diurna distinta de la nocturna.

Ajustar el termostato entre 15 y 18 ºC, junto al calor producido por la iluminación debería ser suficiente para sostener una temperatura ideal de 24ºC.

3.12.4- La humedad

Cuanto más calor hace, más humedad puede retener el aire y al revés. Como sucede con la temperatura una humedad consistente fomenta un crecimiento uniforme y saludable.

Los niveles de humedad afectan al ritmo de transpiración de los estomas.

Cuando la humedad es elevada el agua se va evaporando lentamente. Los estomas se cierran, la transpiración se ralentiza, y lo mismo ocurre con el crecimiento de la planta.

En cambio, en el aire más seco, el agua se evapora antes haciendo que los estomas se abran y que aumenten la transpiración, el flujo de fluidos y el crecimiento.

Pero la transpiración en condiciones áridas será rápida sólo si hay bastante agua disponible para que las raíces la absorban. Si la cantidad de agua es inadecuada, los estomas se cerrarán para proteger la planta de la deshidratación, provocando que el crecimiento se ralentice.

3.12.5- Medir la humedad relativa

Sabiendo el contenido exacto de humedad en el aire, se puede ajustar a un nivel seguro, entre 55 y 60% que favorezca la transpiración.

Además, el control de la humedad relativa es una parte integral de la prevención y el control de insectos y hongos.

Mediremos la humedad relativa con un higrómetro. Hay dos tipos básicos de higrómetros, el de muelle, mas barato pero menos preciso, y el sicrómetro, más caro pero muy preciso.

Un higrostato es similar a un termostato que regula la humedad en vez de la temperatura. Ambos pueden conectarse de forma sincronizada y en línea para controlar un extractor o la lámpara y el balasto del sistema DAI.

Se puede aumentar la humedad pulverizando el aire con agua o dejando un cubo lleno de agua que ésta se evapore en el aire. Un humidificador resulta práctico y relativamente barato.

Con demasiada frecuencia sucede lo contrario y hay una humedad excesiva en el aire como consecuencia de la irrigación y la transpiración. Para corregir este desequilibrio recurrimos al deshumidificador que elimina la humedad de una habitación al condensarlo del aire.

3.12.6- Enriquecimiento del CO2

El cannabis, al crecer rápidamente puede usar en pocas horas todo el CO2 disponible en un cuarto cerrado de cultivo. Añadir más CO2 estimula el crecimiento.

El cultivo de cannabis en interior es similar a las condiciones que se dan en un invernadero, por lo que los cultivadores de interior aplican los mismos principios.

El cannabis aprovecha el 0,03-0,04% (300-400 ppm) que existe naturalmente en el aire. Incrementando  la cantidad hasta 0,12-0,15% (1200-1500 ppm), cantidad recomendada por los cultivadores profesionales, las plantas pueden crecer hasta un 30% más rápido, suponiendo que no existan limitaciones de luz, agua o nutrientes.

El enriquecimiento de los niveles de dióxido de carbono tiene poco o ningún efecto en las plantas que se cultivan bajo luces fluorescentes porque estos tubos no proporcionan luz suficiente para que procese el CO2 adicional disponible.

A cambio de un crecimiento más rápido, el cannabis enriquecido con dióxido de carbono demanda un nivel de mantenimiento mayor que el de las plantas normales, ya que consumen los nutrientes y el agua a mayor velocidad.

3.12.6.1- Medidores del CO2

Para los pequeños cultivadores medir y monitorizar el CO2 en el aire no es necesario. En cambio, para salas con diez o más luces monitorizar los niveles de CO2 es de gran ayuda.

Existen kits desechables para medir el CO2 mediante colorimetría comparativa, que son baratos, precisos y fáciles de usar.

Los sistemas de sensores electroquímicos miden la conductividad eléctrica de una muestra de aire en una solución alcalina o en agua destilada o desionizada. Estos sistemas son relativamente baratos, pero tienen inconvenientes: baja fiabilidad y sensibilidad a la temperatura y a los contaminantes del aire.

 

Aunque el coste inicial del monitor es elevado puede acabar con muchos de los problemas relativos al CO2 antes de que ocurran, y puede asegurar unas condiciones óptimas de cultivo, no obstante, los sistemas de monitorización por infrarrojos son más precisos y versátiles.

3.12.6.2- Producción de CO2

Las dos formas más populares son dispersarlo desde un tanque o quemar combustible, ya que el dióxido de carbono es uno de los subproductos de la combustión.

Los cultivadores pueden quemar cualquier combustible fósil excepto aquellos que contengan dióxido de azufre y etileno, que son perjudiciales para las plantas.

 3.12.6.3- Sistemas de emisión de CO2 comprimido

Están libres de riesgo, ya que no producen gases tóxicos, calor ni agua, distribuyendo, además, la cantidad exacta de CO2 en el cuarto de cultivo.

Éste se emite desde una bombona de gas comprimido con un regulador, un medidor de flujo, una válvula selenoide y un temporizador para periodos cortos. Hay dos sistemas: de flujo continuo y por periodos cortos. Estas bombonas pueden adquirirse en growshops.

Para los pequeños cultivadores de interior, la mejor opción es comprar un sistema completo de emisión de CO2 en una tienda de hidroponía, para los que estos sistemas ofrecen buenas prestaciones. El equipo consiste en un tanque o bombona de gas CO2, un regulador, una válvula solenoide y un medidor de flujo.

Hay que determinar cuánto tiempo debe estar abierta la válvula y el caudal del flujo para controlar la cantidad exacta de CO2 que se libera en el jardín. Para ello dividimos el número de metros cúbicos que necesitamos por el caudal de flujo.

También hay que distribuir el CO2 de la bombona en el cuarto de cultivo usando un tubo o un ventilador. El tubo lleva el CO2 desde la bombona hasta el centro del cuarto de cultivo, a la línea principal de suministro, así conectamos varias ramificaciones más pequeñas que se extiendan por todo el jardín. El gas es más pesado que el aire, así que cae en cascada sobre las plantas que están debajo.

3.12.6.4- Los generadores de CO2

Los generadores son más económicos que los sistemas de CO2 comprimido. Cultivadores comerciales de flores y plantas utilizan generadores de CO2, por lo que ha surgida una línea completa, que genera el CO2 a partir de la combustión de gas natural o propano, o cualquier otro combustible fósil.

Pueden hacerse funcionar manualmente o sincronizarlos con un temporizador para que operen con otros equipos del cuarto de cultivo como los ventiladores. Los quemadores de queroseno tienen un gasto de mantenimiento elevado, por lo que la mayoría de los cuartos de cultivo utilizan propano y gas natural.

3.12.6.5- Otras formas de generar CO2

Otras formas de generar CO2 puede ser el uso de la combustión de alcohol etílico o metílico en una lámpara de queroseno para enriquecer áreas pequeñas, o la utilización de estufas de carbón.

También están disponibles unos disco cilíndricos pequeños y baratos llamados Excellofizz que liberan CO2 añadiendo un poco de agua.

La fermentación es una alternativa barata para producir CO2. No genera calor, gases tóxicos o agua y tampoco necesita electricidad. Pero debido a su hedor resulta improbable que un cultivador pueda tolerar un proceso de fermentación a gran escala, además de que es muy difícil mantener unos niveles estables y uniformes de producción del CO2.

Si se usa de forma prolongada el hielo seco es una forma cara de producir CO2. El hielo seco es dióxido de carbono que ha sido congelado y comprimido. A medida que se derrite cambia de sólido a gas. Funciona bien a pequeña escala. Aunque el hielo seco es más fácil de manejar que las bombonas de CO2 comprimido, resulta difícil de almacenar.

En pequeños cultivos se puede utilizar vinagre y bicarbonato para producir CO2. Eliminamos el exceso de calor y la producción de vapor de agua, necesitando sólo objetos de uso doméstico. El principal inconveniente de este sistema son los niveles erráticos de CO2 producido. Se tarda bastante tiempo en acumular el gas necesario para que sirva de ayuda a las plantas.

3.12.7- Extractores antiolor

El primer paso para controlar el olor del cannabis es instalar un buen extractor. Si el olor es fuerte y la ventilación un problema, podremos utilizar un generador de iones negativos, un desodorizador, un generador de ozono, un filtro de carbón activado o una combinación de estas soluciones y resolveremos el problema del olor.

3.12.7.1- Los generadores de iones negativos

Bombean iones negativos a la atmósfera. Los iones negativos son atraídos por los iones positivos que contienen los olores y otros contaminantes en suspensión. Los iones negativos se adhieren a los iones positivos, y el olor se neutraliza.

Las partículas caen al suelo y crean una fina capa de polvo. Estos dispositivos funcionan bastante bien en cuartos de cultivo de poco tamaño.

3.12.7.2- Los desodorizadores

Elaborados a base de aceites esenciales, acaban con los olores creando una atmosfera neutral a nivel atómico, es decir alteran la estructura de los olores a nivel molecular.

Estos productos suelen estar disponibles en gel, en aerosol y en discos impregnados, y se usan no solo para alterar el olor de la marihuana sino también para alterar el reconocible olor que producen los generadores de ozono.

3.12.7.3- Los generadores de ozono

Neutralizan los olores convirtiendo el oxígeno (O2) en ozono (O3) mediante la exposición del aire hediondo a la luz utravioleta (UV).

La molécula adicional siempre es un ion con carga positiva, dispuesto a unirse a otro con carga negativa.

Cuando el ion extra del oxígeno se adhiere al catión, se contrarrestan, y el olor resulta neutralizado. La reacción química tarda un minuto o más en tener lugar, por lo que el aire tratado debe mantenerse en la cámara para que se transforme eficazmente.

Daños por ozono

Los mejores resultados se obtienen cuando mantenemos el generador de ozono en una habitación aparte, o aislado de las plantas que se están cultivando, se construye una cámara para el intercambio de ozono y se dirige el aire a través del espacio cerrado para tratarlo con ozono antes de ser evacuado al exterior.

El ozono causa manchas cloróticas en las hojas. Las manchas moteadas parecen indicar una deficiencia de Mg y van aumentando de tamaño y volviéndose oscuras durante el proceso. Los síntomas se encuentran con frecuencia en el follaje cercano al generador.

Cuando la luz UV se encuentra con la humedad del aire, se produce acido nítrico como subproducto que se deposita alrededor de las lámparas en los puntos de conexión. Se trata de un acido desagradable y muy corrosivo que provoca quemaduras severas en la piel y en los ojos.

3.12.7.4- Los filtros de carbón activado

Absorben las moléculas de olor y otros contaminantes del aire. La mecánica es simple, pero hay que mantener la humedad de la habitación por debajo de 55%. Con una humedad relativa por encima del 55%, el carbón absorbe la humedad y se obstruye, y si llega al 80% deja de eliminar olores.

En segundo lugar, el aire debe moverse lentamente a través de los filtros de carbón para que se extraigan los olores. También hay que utilizar un prefiltro para que capture la mayor parte del polvo y de los contaminantes en suspensión, evitando que ensucien el filtro de carbón.

Hay que tener en cuenta que si se utiliza un filtro de carbón activado, será necesario un extractor más potente. Un flujo de aire adecuado es imprescindible para mantener alto el contenido de CO2 en el aire del cuarto de cultivo.

3.12.8- El montaje de la ventilación paso a paso

1- Calcular el volumen total del cuarto de cultivo. Longitud x anchura x altura.

2- Utilizar un extractor que elimine el volumen total de aire de la habitación en menos de cinco minutos.

3- Colocar el extractor en la pared o cerca del techo del cuarto de cultivo para que expulse el aire caliente y húmedo.

4- Abrir un agujero en la pared y fijar el extractor en el hueco.

5- Para montar un extractor en una ventana, cortar un trozo de tablero de contrachapado de 1,5 cm de grosor que encaje en el marco de la ventana y montar el extractor en la parte superior del tablero, que irá fijado al marco con tornillos.

6- Usar un conducto flexible de secadora de 10cm con un extractor centrífugo pequeño en el extremo del conducto, es otra opción para hacer una salida de ventilación que no deje pasar la luz.

También tenemos la opción de utilizar la chimenea, donde exista. Esta solución es ideal ya que las fugas de y luz y el olor no son un problema.

7- Conectar el extractor a un termostato/higrostato para monitorizar y controlar humedad y temperatura, de tal manera que podamos expulsar el aire caliente y húmedo al exterior de forma automática cuando llegue a los niveles ajustados.

También se puede conectar el extractor a un temporizador y hacer que funcione durante un periodo determinado de tiempo. Este método se emplea con el enriquecimiento a base CO2. Hay que ajustar el programa del extractor para que se encienda y ventile el aire usado y falto de CO2 justo antes de que se inyecte el aire renovado y rico en CO2.

 

3.13 – El cultivo hidropónico

Cultivar cannabis en lana de roca, musgo de turba y fibra de coco es cultivar hidropónicamente, es decir cultivar plantas sin tierra.

En este tipo de cultivo, la absorción de los nutrientes y el contenido de oxígeno del medio donde crecerán las plantas pueden controlarse fácilmente. Si manejas estos dos factores, y algún requisito más, podrás conseguir cosechas excepcionales.

El cannabis crece deprisa en sistemas hidropónicos porque es capaz de ingerir alimentos a la misma velocidad que los utiliza. Las raíces absorben agua y nutrientes constantemente, ni en la mejor y más apropiada de las tierras se dispone de tanto oxígeno como el que proporciona un medio hidropónico inorgánico.

El cultivo hidropónico es productivo, pero requiere muchos más cuidados adicionales que el cultivo en tierra.

El control minucioso de los nutrientes hace que las plantas florezcan más deprisa, y que puedan estar listas para la cosecha antes que las cultivadas en tierra. La solución nutriente puede controlarse para que las plantas desarrollen menos hojas y cogollos florales más densos.

En esta forma de cultivo, todos los nutrientes son suministrados a través del fertilizante disuelto en el agua. La solución nutriente pasa por las raíces desde arriba o las inunda a intervalos regulares, drenando a continuación. El oxígeno adicional que queda atrapado en el medio inerte y alrededor de las raíces, acelera la toma de nutrientes a través de las diminutas raíces capilares.

Las plantas pequeñas en floración crecen bien en contenedores hidropónicos pequeños y en tubos horizontales.

Las plantas madre crecen más y se adaptan mejor a los sistemas basados en cubos grandes, que disponen de espacio suficiente para el desarrollo de las raíces.

El sistema de raíces de las plantas madre se aloja fácilmente en el cubo, y la planta es capaz de producir miles de clones durante su vida. Deben tener un sistema radicular enorme, para poder absorber gran cantidad de nutrientes y, de esta forma, mantener el fuerte ritmo de crecimiento y producción de clones.

Dos factores limitan la mayoría de cuartos de cultivo: el número de plantas y el consumo eléctrico.

Si por ejemplo, cultivas 12 plantas de gran tamaño en un sistema hidropónico de 19 litros, necesitarás alrededor de diez clones y una planta madre. El cuarto de floración podría estar iluminado con dos lámparas de 600 vatios de sodio AP.

Una luminaria de 40 vatios de luz fluorescente podría emplearse para enraizar los clones, y otra de 175 vatios de halogenuro metálico mantendría el crecimiento de la planta madre y del resto de las plantas en fase vegetativa. Esto supone un total de 1.415 vatios al mes que cuestan entre 35 y 60 euros. Una ganga, teniendo en cuenta que el jardín rendirá un mínimo de 450 gramos de cogollos hidropónicos al mes.

Si la floración se induce cuando los clones miden de 15 a 20 cm, éstos alcanzarán una altura entre 60 y 80 cm al final de la floración. Se pueden agrupar las plantas de poca altura para maximizar el rendimiento. Es fácil cultivar 60 cubos de lana de roca de 10 cm sobre una mesa de flujo y reflujo, o en bolsas de cultivo de 11 litros llenas de sustrato inorgánico.

Para obtener la máxima producción, se cosechan una o dos plantas cada uno o dos días. Cuando una planta madura se cosecha, dos clones pequeños ocupan su lugar. El clon más débil se desecha dos semanas después.

3.13.1- Clases de hidropónicos: activos y pasivos

Se diferencian en la forma en que se aplica la solución nutriente.

Los sistemas pasivos

Los sistemas hidropónicos pasivos dependen de la acción capilar para transferir la solución nutriente desde el depósito hasta el medio de cultivo.

Ésta es absorbida pasivamente por una mecha o por el propio medio de cultivo y transportada hasta las raíces. Los medios de cultivo absorbentes como la vermiculita, el serrín y el musgo de turba, etc., son ideales para sistemas pasivos, por lo que la selección del sustrato es importante.

Los sustratos que se empapan retienen menos aire y privan a las raíces de una absorción rápida de los nutrientes. Estos jardines pasivos no están considerados como de alto rendimiento, sin embargo los holandeses han perfeccionado estos sistemas y consiguen resultados asombrosos.

Los sistemas de mecha no tienen partes móviles por lo que rara vez se rompe algo o funciona mal. Su bajo coste inicial y un mantenimiento reducido aumenta la popularidad de estos sistemas.

Los cultivadores holandeses forran el suelo de una habitación con un plástico duro o lona para embalses y llenan macetas de 11 L con una mezcla inorgánica absorbente que retenga gran cantidad de aire. Inundan el jardín con 6-9 cm de solución nutriente, que absorben las raíces en un plazo de entre 2 y 5 días.

Otra forma de hacerlo es con las macetas con plantas creciendo en un sustrato rico de plantación, sobre una bandeja amplia con laterales de 12 cm. Semanalmente se llena la bandeja con una solución suave de nutrientes que las plantas irán absorbiendo. Se mantiene el jardín de interior bajo una lámpara de 400 vatios de sodio AP.

Sistemas activos

Se caracterizan porque mueven la solución nutriente de manera activa, como por ejemplo los de inundación y drenaje, o los de alimentación superior. Siendo el cannabis una planta de crecimiento rápido, se adapta muy bien a los sistemas hidropónicos activos.

Si la solución nutriente se recupera o no y se reutiliza tras la irrigación depende del cultivador, pero su no reutilización significa una elevada contaminación del agua del subsuelo, con nitratos fosfatos y otros elementos, que van a parar en gran cantidad al sistema de alcantarillado local, por lo que los cultivadores de interior rara vez utilizan sistemas de no-recuperación.

Los sistemas más populares y productivos disponibles son los hidropónicos de recuperación: los de inundación y drenaje (flujo y reflujo), los de alimentación superior y los que emplean la técnica de película nutriente (nutrient film technique). Esta técnica de cultivo con recuperación de la solución sobrante hace que el manejo sea un poco más complicado, pero con la solución nutriente adecuada, un plan de cultivo y algo de experiencia resulta fácil de controlar.

Para estos sistemas se emplean medios de cultivo que drenan rápidamente y retienen gran cantidad de aire, como es el caso de la arcilla expandida, la gravilla, la piedra pómez, los trozos de ladrillo, la lana de roca y la fibra de coco.

3.13.2- Jardines de flujo y reflujo

Son sistemas versátiles, de diseño simple y muy eficiente, que se han hecho muy populares porque requieren poco mantenimiento y son fáciles de usar.

Las plantas se colocan en macetas o cubos de lana de roca de forma individual sobre una mesa especial que consiste en una cama de cultivo capaz de retener de 3 a 10cm de solución nutriente.

Ésta se bombea hacia la mesa o cama de cultivo donde los bloques de lana de roca o los contenedores se inundan desde la base, lo cual empuja fuera el aire pobre en oxígeno. Una vez que la solución nutriente alcanza un nivel determinado, el exceso se drena mediante una tubería conectada a un rebosadero y va a parar de nuevo al depósito.

Cuando la bomba se detiene y el medio de cultivo drena, el aire nuevo y rico en oxígeno entra en contacto con las raíces. Este ciclo se repite varias veces al día. Los sistemas de flujo y reflujo son ideales para cultivar muchas plantas pequeñas.

Se inunda la mesa hasta la mitad de los contenedores y aseguramos una distribución uniforme de la solución nutriente. Hay que evitar los medios de poco peso, como la perlita, que pueden hacer que el contenedor flote y se caiga.

 3.13.3- La Mesa de Aire

En la mesa de aire la solución nutriente es forzada a subir hasta la cama de cultivo por la presión de aire que genera una bomba externa.

Ésta puede funcionar con la corriente eléctrica normal de la casa o mediante un sistema de energía solar de 12 voltios.

Una vez inundado el lecho de cultivo, la solución nutriente permanece durante unos minutos antes de drenarla de vuelta al depósito. La presión constante de aire durante la inundación también airea el medio de cultivo.

El depósito está sellado herméticamente y limita la evaporación, lo que previene que se desarrollen algas y permite que la solución mantenga su frescura. La bomba externa reduce el coste total del sistema y ayuda aprevenir accidentes eléctricos.

Se puede usar como sustrato lana de roca, fibra de coco, turba o un medio compuesto de cultivo y obtener excelentes resultados.

3.13.4- El cultivo en agua

En sistemas que emplean directamente el agua (Deep Water Culture DWC) es fácil cultivar. Si las plantas de cannabis se encuentran en un jardín al aire libre hay que tener la precaución de hacer un agujero de drenaje en el lateral del depósito para evitar que el agua de lluvia rebose.

Los plantones y los esquejes se sostienen en macetas de rejillas llenas de bolas de arcilla expandida, lana de roca o cualquier otro medio de cultivo. Las macetas de rejilla se alojan en los agujeros de la tapa que cubre el depósito. Las raíces de los plantones y de los esquejes se alargan hasta reposar en la solución nutriente.

Una bomba sumergible eleva la solución nutriente hasta la parte superior de un tubo de descarga, el cual suelta  la solución por un acceso en la tapadera. La solución nutriente cae en cascada, mojando las raíces y salpicando dentro del depósito contenedor, lo cual también incrementa la cantidad de oxígeno disuelto en la solución. Las raíces absorben fácilmente los nutrientes y el agua de la solución en este entorno oxigenado.

Muchos jardineros, además, mantienen una piedra de aire burbujeando nuevo aire dentro del depósito para suministrar aún más oxígeno. En estos jardines la bombas funcionan las 24 horas del día, por lo que no necesitan temporizador.

3.13.5- Sistemas hidropónicos de alimentación superior

En estos cultivos la solución nutriente es aportada en dosis específicas a través de tubos tipo espagueti o mediante un emisor individual situado en la base de cada planta.

Desde la base, las sustancias nutritivas fluyen por el medio de cultivo, donde son absorbida por las raíces y dirigidas de vuelta al depósito a medida que va drenando. Los medios de cultivo más comunes en los sistemas de alimentación superior son la lana de roca, la grava, la fibra de coco y la arcilla expandida.

Cubos auto-contenedores de alimentación superior

Consisten en un contenedor de cultivo alojado en un depósito que contiene una bomba. Los cubos individuales hacen que resulte rápido y sencillo entresacar y reemplazar plantas enfermas. Son perfectos para cultivar plantas madre de gran tamaño y pueden moverse de sitio fácilmente.

Algunos contenedores tienen una maceta de rejilla suspendida en la tapa de un cubo/depósito de 19L. Las raíces cuelgan dentro del depósito. Una piedra de aire situada en la base del depósito airea la solución nutriente, mientras que una bomba ayuda a que la irrigacicón circule hacia el contenedor.

Otros cubos auto-contenedores de alimentación superior emplean un contenedor de cultivo de mayor tamaño, que se rellena de bolas de arcilla expandida. La bomba hace circular constantemente la solución nutriente dentro del sistema, aireando la solución e irrigando la planta, al tiempo que arrastra la vieja solución nutriente pobre en oxígeno.

Cubos múltiples de alimentación superior

En esta modalidad se emplean múltiples cubos que están conectados a un depósito principal.

Se conecta una manguera flexible de drenaje cercal de la base de cada cubo/depósito, que a su vez está conectada a un conducto de drenaje que envía la solución nutriente al contenedor central. En cada uno de los depósitos que hay debajo de los contenedores de cultivo quedan retenidos de 3 a 5cm de agua.

Debe procurarse que la solución no se estanque en el fondo de los cubos, por lo que conviene que la irrigación se produzca regularmente.

Planchas de alimentación superior

En estos cultivos, las planchas de coco o de lana de roca cubierta de plástico sirven como contenedores para el cannabis. El suministro de la solución nutriente se lleva a cabo mediante tubos tipo espagueti desde la parte superior de la plancha.

Un emisor conectado a cada tubo, dosifica una cantidad específica de solución a cada planta. Esta se airea mientras se aplica antes de ser absorbida por el medio de cultivo, y acabe siendo drenada de vuelta al depósito.

Sistemas verticales de alimentación superior

Estos jardines verticales superan en varias veces el rendimiento total de un jardín plano. Su principal ventaja es que ahorran espacio, pero requieren más mantenimiento y pueden ser complicados de afinar para que alcancen su máxima capacidad operativa.

Las bolsas de sustrato, los tubos o las planchas se posicionan verticalmente alrededor de una lámpara DAI. Se colocan plantas pequeñas en el medio y se alimentan individualmente con un emisor de goteo. El sobrante drena a través del medio de cultivo y vuelve al depósito donde se recircula.

Se utiliza lana de roca o coco mezclado con vermiculita ligera como medio de cultivo para reducir el peso cuando el sustrato esté mojado. Se irriga las plantas constantemente con una solución bien aireada para mantener las raíces abastecidas de agua y nutrientes.

3.13.6- Técnica de película nutriente (NFT)

La técnica de película nutriente nos ofrece jardines de alto rendimiento que, cuando están bien ajustados, funcionan muy bien. Las plántulas y los esquejes que ya dispongan de un sistema de raíces fuerte, se colocan sobre una estera capilar que está en un canal cubierto.

La estera capilar estabiliza el flujo de solución y mantiene las raíces en su sitio. La solución constantemente aireada, fluye por la canalización, pasando por encima y alrededor de las raíces, y retorna al depósito.

La irrigación debe ser constante las 24 horas del día. Así las raíces reciben oxígeno en abundancia y son capaces de absorber un máximo de solución nutriente.

La inclinación adecuada del canalón y un volumen y flujo apropiados de solución nutriente son elementos clave en los jardines NFT. Ésta debe mantener las raíces perfectamente húmedas todo el tiempo. Si una bomba falla, las raíces se secan y mueren.

 

3.14- Sustratos para el cultivo hidropónico

Los medios de cultivo sin tierra proporcionan un soporte para el sistema de raíces, al tiempo que retienen y hacen que el oxígeno, el agua y los nutrientes estén disponibles.

Son tres los factores que contribuyen a la capacidad de las raíces del cannabis para crecer en un sustrato: la textura, el pH y el contenido de nutrientes, que se mide con la EC o conductividad eléctrica.

La estructura física y el tamaño de las partículas determinan la textura del sustrato que, si es la apropiada, fomentará la retención de oxígeno, la toma de nutrientes y el drenaje. Las partículas de mayor tamaño hacen que el drenaje sea más rápido y que retenga más aire.

La perlita y algunas arcillas expandidas, con formas irregulares, disponen de más superficie y retienen más agua que los medios inertes redondeados.

Hay que evitar la grava machacada, pues, al tener los bordes afilados, podrían cortar las raíces si la planta se cae o se zarandea. La grava redondeada, la grava pulida y la roca de lava son medios excelentes para el cultivo de marihuana en sistemas activos de recuperación.

Si se optan por los medios de cultivo a base de arcilla o de roca hay que lavarlos para eliminar todo el polvo que, de lo contrario, sedimentaría en el sistema.

La vermiculita, el musgo de turba la lana de roca o la fibra de coco, retienen grandes cantidades de humedad ya que son materiales fibrosos, ideales para sistemas hidropónicos pasivos que operan mediante acción capilar.

3.14.1- Algunos ejemplos de medios de cultivo

Aire: se trata de un gran medio cuando se encuentra al 100% de humedad las 24 horas del día.

Fibra de coco: está formada por millones de micro esponjas capilares que absorben y retienen hasta nueve veces su propio peso en agua. El sustrato de fibra de coco es un sustrato bien aireado y su compactación una vez seco es mínima. Tiene un pH natural de 5.7-6.5 y una alta capacidad de intercambio catiónico o CIC , lo que lo convierte en un sustrato de calidad, aunque a la vez suponga un reto dentro del cultivo hidropónico.

Arcilla expandida o hidrogránulos: las bolas de arcilla se cuecen en hornos a altas temperaturas hasta que se expanden. Retiene humedad y nutrientes junto a una gran cantidad de oxígeno. Es un medio excelente para mezclarlo con turba ligera y cultivar plantas madre en contenedores grandes. Puede reutilizarse, esterilizando las bolas en una solución compuesta por 10 mm de peróxido de hidrógeno por cada 4 litros de agua, durante 20-30 minutos. Una vez limpias se dejan secar y listas.

Mica expandida: muy similar a la arcilla expandida retiene el agua en sus fibras en gran cantidad permitiendo a la vez una buena aireación. Es muy ligera pero no permite un gran drenaje.

Espuma artificial: medio de cultivo popular, dura mucho tiempo y se presta fácilmente a la esterilización. Retiene gran cantidad de agua y aire

Grava: es un medio inerte que retiene aire en abundancia, drena bien y no es cara. Se suele utilizar gravilla o grava lavada de río con bordes redondeados para que no dañen las raíces si se zarandean las plantas. Debe tener un diámetro de 3-10 mm. Hay que ajustar e pH antes de usarla ya que tiene poca capacidad para amortiguar los cambios.

Piedra pómez: es una roca volcánica, porosa y ligera, que se forma de manera natural y retiene la humedad y el aire. Debido a su escaso peso, resulta fácil de trabajar, pero hay que tener cuidado con los bordes afilados de las rocas para que no dañen las raíces.

Musgo de turba: hay tres tipos comunes, esfagno, hypnum y caña/junco. Está formado por vegetación descompuesta parcialmente. La turba esfagno es fibra en un 75% aproximadamente, y su pH está entre 3,0 y 4,0. La turba de hypnum está compuesta por un 50%de fibra más o menos, y tiene un pH de 6,0 o más.

Perlita: es muy ligera y tiende a flotar cuando se inunda con agua. No tiene capacidad para regular el pH y se emplea para airear las mezclas con o sin tierra.

Lana de roca: Es un medio de cultivo inerte, estéril, poroso y no degradable que proporciona un soporte firme a las raíces. La lana de roca tiene la habilidad de retener tanto agua como aire para las raíces, estas son capaces de absorber la mayor parte del agua almacenada en la lana de roca, pero ésta no tiene capacidad de amortiguación y su pH es alto.

Arena: hay que asegurarse de utilizar arena clara de rio. Nunca salada de mar o de playa. La arena drena rápidamente, pero también retiene agua. Su utilización más común es como corrector para tierra en volúmenes inferiores al 10%.

Serrín: hay que tener cuidado con las tierras que tienen demasiada materia procedente de la madera. Este medio retiene demasiada agua para el cultivo de marihuana y suele ser demasiado ácido.

Vermiculita: junto a sus excelentes cualidades para regular el pH, retiene mucha agua tiene restos de Magnesio (Mg), Fósforo (P), Aluminio (Al) y Silicio (Si). No hay que utilizar vermiculita destinada a la construcción porque está tratada con compuestos químicos fitotóxicos

Agua: Por sí sola es un medio pobre porque no puede retener el oxígeno necesario para la vida de la planta. Cuando se airea, el agua se convierte en un buen medio de cultivo.

3.14.2- Esterilización del sustrato

La esterilización es más barata y con frecuencia más sencilla que reemplazar el medio de cultivo. Funciona mejor con medios de cultivo rígidos, que no pierden su forma, como la grava, la arcilla expandida y la mica.

Es conveniente evitar la esterilización con lana de roca, fibra de coco, el musgo de turba, la perlita y la vermiculita. Evitaremos problemas causados por la compactación y las raíces muertas sustituyendo estos medios de cultivo cuando hayan sido usados.

Antes de esterilizar deberemos eliminar las raíces del medio de cultivo.

Una vez esterilizado el medio, estará libre de microorganismos perjudiciales, incluyendo bacterias y hongos además de las plagas y sus huevos.

El sustrato puede lavarse en un contenedor grande, un barreño o una bañera y funciona mejor con sustratos ligeros como la arcilla o la mica expandida. Las raíces flotan en la superficie se pueden retirar fácilmente a mano o con una malla.

Después de retirar las raíces, se remoja el sustrato con un esterilizador, como por ejemplo una solución a 5% de lejía para la colada durante 1 hora al menos. A continuación se enjuaga el medio con abundante agua fresca.

 

3.15- El pH en el sistema hidropónico

Mediante el pH de la solución nutriente del cultivo hidropónico controlamos la disponibilidad de los iones que el cannabis necesita asimilar.

La marihuana crece bien hidropónicamente con un rango de pH entre el 5,5 y 6,5, aunque lo ideal es que esté entre 5,8 y 6,0.

En hidroponía, los nutrientes se encuentran disueltos y están más disponibles que en la tierra. Las raíces toman nutrientes a distintos ritmos, lo cual hace que la proporción de nutrientes en la solución altere el pH.

Cuando el pH está por encima de 7,0 o por debajo de 5,5 algunos nutrientes no se absorben tan deprisa como es posible.

Se pueden comprar productos específicos para subir y bajar el pH, en vez de intentar hacerlos uno mismo a partir de ácidos concentrados. Las mezclas comerciales están estabilizadas y su empleo resulta seguro.

Hay que comprobar cada uno o dos días el pH, para estar seguro de que está al nivel idóneo o cerca de este, ya que afecta a la solubilidad de los elementos.

 

3.16- Medidores de Conductividad Eléctrica (EC)

Las soluciones hidropónicas están formadas principalmente por sales iónicas, procedentes de las concentraciones de nutriente.

Para medir estas sales, y que no se presenten en exceso arruinando la cosecha, se tiene en cuenta su habilidad para conducir la electricidad, ya que crean corriente eléctrica en la solución.

Actualmente, se usan varias escalas para medir cuánta electricidad conducen los nutrientes, incluyendo: la conductividad eléctrica

(EC), el factor de conductividad (FC), las partes por millón (PPM), el total de sólidos disueltos (TSD) y los sólidos disueltos (SD).

La conductividad eléctrica se mide en mili-siemens por centímetro (mS/cm) o en micro-siemens por centímetro (µS/cm).

Los medidores de partes por millón en realidad miden la EC y la convierten a ppm.

En una solución con múltiples elementos, cada sal tiene un factor diferente de conductividad. El agua pura no conduce la corriente eléctrica, pero cuando se añaden sales/metales elementales, la conductividad eléctrica se incrementa proporcionalmente. Los medidores electrónicos simples miden este valor y lo interpretan con el total de sólidos disueltos (TSD).

Las soluciones nutrientes que se emplean para cultivar marihuana suelen estar entre 500 y 2000 ppm. Los sistemas osmóticos internos pueden revertirse, si la concentración de la solución es demasiado alta, y llegar a deshidratar la planta. Por lo general se intenta mantener un valor moderado entre 800 y 1200 ppm.

Estos niveles de concentración se ven afectados por la absorción de nutrientes de las raíces y por la evaporación de agua. Hay que ajustar la concentración añadiendo fertilizante o diluyendo la solución con más agua.

Dejaremos que el 10-20% de la solución nutriente drene fuera del medio de cultivo después de cada ciclo de irrigación para mantener la estabilidad de la EC. El sobrante arrastra cualquier exceso de sales acumuladas en el medio de cultivo.

Un medidor de EC calcula el volumen total de fortaleza que tienen los elementos en el agua o en la solución. La lectura o la EC de la corriente eléctrica que fluye entre los dos electrodos se aparece en una pantalla de cristal líquido.

La medición de la conductividad eléctrica es sensible a la temperatura, y debe tenerse en cuenta a la hora de tomar una lectura para mantener la precisión, hay que asegurarse de que la solución nutriente y la almacenada estén a la misma temperatura.

Cómo comprobar la EC

Para comprobar la EC de la solución nutriente hay que recoger muestras del depósito como del medio de cultivo, con una jeringa dentro de la lana de roca o de fibra de coco, a cinco centímetros de profundidad por lo menos.

En condiciones normales, la EC debería ser un poco más alta en la plancha de lana de roca que en el depósito. Si la EC de la solución es sustancialmente mayor que la del depósito, las sales se ha acumulado en el sustrato y hay que corregir el desequilibrio enjuagando el sustrato completamente con una solución nutriente diluida y cambiar la solución por una nueva. Hay que comprobar regularmente la EC del agua, del medio y el sobra

 

3.17- Los nutrientes hidropónicos

Los nutrientes son necesarios para que la marihuana crezca y se desarrolle. Estos nutrientes deben descomponerse químicamente dentro de la planta.

Las formulaciones hidropónicas de alta calidad son solubles, contienen todos los nutrientes necesarios y no dejan residuos de impurezas en el fondo del depósito. Los fertilizantes baratos contienen componentes impuros, de baja calidad, que dejan residuos y sedimentos lo que provoca una mayor necesidad de mantenimiento.

3.17.1- Las soluciones nutrientes

Las plantas absorben los nutrientes con ritmos distintos, y algunos de los nutrientes se acaban antes que otros, lo que puede causar problemas complejos. La mejor forma de mantenimiento preventivo consiste en cambiar la solución frecuentemente. Ahorrar fertilizante puede provocar que el crecimiento se estanque.

La hidroponía ofrece los medios para proporcionar la máxima cantidad de nutrientes que necesiten las plantas, pero como son sistemas de alto rendimiento cualquier cosa que funcione mal podría acabar con las plantas o estancarlas sin tiempo a recuperarse antes de la cosecha.

Evita muchos problemas cambiar la solución nutriente cada semana, si el depósito del que dispone el sistema no es muy grande o cuando las plantas estén en las últimas etapas de la floración, ya que es entonces cuando utilizan más nutrientes.

3.17.2- El mantenimiento de la solución

Las soluciones nutrientes necesitan reponerse con regularidad ya que las plantas de cannabis utilizan mucha agua. El agua se usa a un ritmo mucho más rápido que los nutrientes, por ello rellenar el depósito con agua con el pH ajustado mantendrá la solución equilibrada una semana o dos.

Los buenos cultivadores limpian todo el sistema con una solución nutriente débil durante una hora o más antes de cambiar el depósito. Lavar con una solución suave (a un cuarto de concentración) de nutrientes elimina más excesos de fertilizante que si sólo lo hacemos con agua limpia.

Hay que comprobar al mismo tiempo la EC en el depósito, en el medio de cultivo y en la solución nutriente drenada, para ello utilizaremos un medidor electrónico de EC tipo bolígrafo para monitorizar el nivel de sólidos disueltos.

Durante los periodos de relleno habrá que añadir más fertilizante concentrado para mantener el nivel de EC. Cuanto más pequeño sea el depósito, con más frecuencia deberá rellenarse. Lo ideal con depósitos de pequeño tamaño es rellenarlo a diario.

3.17.3- Composición de la solución

La siguiente tabla es una guía sobre los límites satisfactorios de los nutrientes, expresados en ppm.

 

3.18- Los depósitos

Los depósitos para el cultivo hidropónico deben ser tan grandes como sea posible y tener una tapa para reducir la evaporación.

Cuanto mayor sea el volumen de solución nutriente, mas errores perdona el sistema y más sencillo resulta controlarlo.

Los jardines usan entre un 5 y un 25% de la solución nutriente cada día. Cuando se consume el agua aumenta la concentración de los elementos en el agua restante, por lo que hay que añadir agua tan pronto como baje el nivel de la solución.

Para compensar el uso diario y la evaporación, el depósito deberá contener, por lo menos, un 25% más de solución nutriente de la que se necesita para llenar los lechos de cultivo.

 3.18.1- Temperatura del depósito

La solución que nutre las plantas del cultivo hidropónico debe permanecer entre 15 y 24 ºC.  Entre este rango de temperaturas, la solución retiene mucho más oxígeno a 15 ºC, lo que además ayudará a controlar la transpiración y la humedad.

Una temperatura por encima de los 29 ºC hace que la solución nutriente retenga poco oxígeno y las raíces dañadas por el calor son muy susceptibles de pudrición, marchitez y ataques de hongos.

Los mejor para ahorrar energía y dinero es calentar la solución nutriente, en lugar del aire de la habitación. Para ello utilizaremos un calefactor sumergible como el utilizado en los acuarios.

Una bomba de aire sumergida en el depósito no sólo airea la solución, sino que también ayuda a nivelar el diferencial de temperatura entre el aire del entorno y el depósito.

 

3.19- El riego hidropónico

Los ciclos de irrigación dependen del tamaño de la planta, las condiciones climáticas y el tipo de medio utilizado.

Las partículas de sustratos grandes, redondas y suaves necesitan ser regadas con más frecuencia. En medios que drenan rápidamente, la irrigación es continua.

Durante la irrigación y poco después el contenido nutricional del lecho de cultivo y del depósito tiene la misma concentración, pero a medida que pasa el tiempo entre una irrigación y otra, la EC y el pH cambian gradualmente.

Existen muchas variaciones sobre la frecuencia de riego y es a base de experiencia como finalmente se encuentro la frecuencia adecuada.

Como directrices generales, deben observarse los siguientes puntos:

  •  Regar las plantas cuando estén medio secas; para comprobar este punto podemos pesar las macetas.
  • Regar los jardines en tierra cuando el sustrato esté seco 1,5 cm por debajo de la superficie.
  • Regar los jardines en tierra con una solución suave de nutrientes y dejar que el 10-20% drene en cada riego.
  • Obviamente no hay que dejar que la tierra se seque hasta el punto de que las plantas se marchiten.

3.20- Los desórdenes nutricionales

Los jardines hidropónicos no tienen tierra que regule la absorción de los nutrientes. Esto provoca que los desordenes nutricionales se manifiesten como follaje descolorido, desarrollo lento, manchas, etc.

El tratamiento de una deficiencia o un exceso nutricional debe ser rápido y certero. Una vez tratadas las plantas tararán varios días en responder al remedio.

El diagnóstico de la deficiencia o exceso de nutrientes se dificulta mucho cuando son dos o más los elementos que presentan síntomas al mismo tiempo. Cuando esto sucede lo mejor es cambiar la solución nutriente, aunque carezcamos de un diagnóstico exacto, esta medida será finalmente lo más eficaz.

Variedades distintas suelen reaccionar de manera diferente a la misma solución nutriente, lo más frecuente es que los desordenes nutricionales afecten a una variedad al mismo tiempo.

No hay que confundir otros problemas como las quemaduras producidas por el viento, falta de luz, estrés de temperatura o daños por hongos y plagas, con deficiencias nutricionales. Estos problemas suelen aparecer en plantas individuales. Por ejemplo una planta en el borde del jardín podría ser pequeña y estirada porque recibe menos luz.

 

3.21- Cultivo Aeropónico

La aeroponía es una de las formas de cultivo más avanzada, que permite reducir las enfermedades de las plantas y ofrecer un gran rendimiento, aunque requiere un riguroso cuidado.

En el cultivo aeropónico las raíces están suspendidas a oscuras en una cámara de crecimiento donde a intervalos regulares son rociadas con solución nutriente rica en oxígeno.

De esta forma, con un valor húmedo del 100% durante las 24 horas del día, las raíces disponen del potencial máximo para absorber nutrientes en presencia de aire. Las plantas se cultivan en macetas de rejilla, suspendidas desde la parte de arriba del sistema.

Estos sistemas son muy delicados y hay que prestar gran atención a los detalles, ya que no hay un medio de crecimiento que actúe a modo de banco de agua y nutrientes. Si la bomba falla, las raíces se secan pronto, y las plantas sufren.

 

3.22- Cultivo Hidroorgánico

Es una manera de llamar al cultivo de cannabis en un medio inerte, sin tierra y abonado con una solución nutriente orgánica y soluble.

Los abonos orgánicos se definen por contener sustancias con una molécula de carbono o una sustancia natural inalterada, como rocas molidas. Se cultiva hidroorgánicamente porque los nutrientes naturales dan un sabor orgánico dulce a los cogollos.

Estos nutrientes orgánicos deben ser solubles y estar disponibles fácilmente para que los rápidos cultivos de cannabis puedan beneficiarse.

Hay que probar diferentes cantidades de abono y ritmos de aplicación para lograr la combinación exacta que permita la producción de cogollo de máxima calidad.

Tomar lecturas precisas de la EC o mezclar la cantidad exacta de un nutriente específico resulta mucho más difícil en hidroponía orgánica que con abonos químicos mucho más fáciles de medir y aplicar. Los nutrientes orgánicos tienen una estructura compleja y es difícil medir su contenido.