7- Ajustarás las condiciones ideales para la floración

Una vez pasado el primer mes de crecimiento vegetativo, la planta de marihuana comienza a desarrollar flores.
Éstas podrán ser masculinas, femeninas o hermafroditas, como ya se ha visto en el capítulo anterior sobre el crecimiento. Las flores que producen efectos curativos o narcóticos son las femeninas.
En su medio natural, el cannabis florece durante el otoño, cuando los días se acortan y las noches se hacen cada vez más largas. De ahí que reduzcamos las horas de luz en el cultivo interior cuando queremos que la planta entre en la etapa de floración.

7.1- El sexo de la planta

Las plantas muestran las preflores que marcan su sexo a partir de la cuarta semana de crecimiento vegetativo. Hay que estar atentos a las primeras señales para separar las plantas, ya que si maduran juntas la planta macho poliniza a la hembra y solo dará semillas, en lugar de cogollos.
La mejor manera de garantizarse que la planta que crece será hembra, y por tanto rica en cogollos al florecer, es comprar las semillas en un grow shop y mantenerlas sin contacto con plantas macho.
Las plantas de marihuana macho solo se emplean para obtener semillas. Generalmente se emplea el polen de plantas hermafroditas, porque prácticamente garantizan que las semillas que se obtengan serán femeninas.

7.1.1- Marihuana hembra, características

La marihuana hembra es la que se consume por razones medicinales o lúdicas debido a que es la que posee los componentes activos buscados.
El aspecto de la marihuana hembra varía según la especie o híbrido, pero su forma en general es más ancha que la variedad macho y en su madurez la podemos distinguir por sus flores.
La planta hembra adulta produce racimos de flores con cálices y pistilos, con aspecto de pelos alargados. Estos pelos o pistilos son los encargados de transportar el polen de la flor macho hasta el cáliz, donde se producirá la semilla.
En general los cultivadores domésticos no suelen polinizar sus plantas para obtener semillas, prefiriendo centrarse en realizar una cosecha abundante con las características deseadas.
Los cálices de donde brotan los pistilos se desarrollan rápidamente durante las primeras cuatro o cinco semanas, posteriormente los cogollos no polinizados irán ganando peso a medida que se hinchan en las últimas dos o tres semanas de crecimiento.
Como ya se comentó en el capítulo sobre las variedades de marihuana, las sativa puras, como las variedades tailandesas, pueden florecer durante cuatro meses o más.
Cuando los cogollos maduran al final de su periodo de floración, los pistilos se multiplican y se vuelven de color ámbar a marrón rojizo.
Marihuana sinsemilla
Este término se refiere a las plantas hembras no polinizadas, para lo cual compraremos semillas feminizadas o retiraremos las plantas macho, como se explica a continuación, consiguiendo así una cosecha más resinosa y de mayor cantidad.

7.1.2- Marihuana macho, características

Solo es cultivada con el fin de polinizar plantas hembras, pues la marihuana macho carece de los componentes que se buscan de esta planta, medicinales o narcóticos.
Su aspecto generalmente es más alargado que la marihuana hembra y su tallo más robusto. Tiene pocas hojas y ramas.
Lo podemos distinguir durante su madurez, cuando sus flores forman racimos de bolitas que cuelgan del tallo y brotan por casi toda la planta. Suelen alcanzar la madurez sexual antes que las hembras.
Las flores macho miden unos 6 mm. de largo y crecen en el ápice de la planta, su color va del verde claro al amarillo. Cuando crecen más los sacos de polen cuelgan en racimos cerca de la base de las ramas.

7.1.3- Marihuana hermafrodita, características

 

La mezcla de sexos característica de la marihuana hermafrodita, también se puede dar, existiendo distintos grados de hermafroditismo.
Puede ser mayormente hembra, con alguna parte masculina difícil de localizar, en ese caso la planta se puede cultivar para consumo.
En otros casos se conseja eliminar, tanto si crece a partes iguales en flores macho y hembras, o con mayoría de flores macho, ya que la parte masculina polinizaría la femenina y la planta perdería gran parte de su capacidad para hacer flores con contenido de THC.
Existen variedades que son hermafroditas por naturaleza, como la tailandesa, y se cree que el estrés, como el producido por mudanzas o cambio de luz brusco, puedan hacer que la planta tienda al hermafroditismo.

7.1.4- Cuándo detectar el sexo de la planta

Alrededor de la cuarta semana de crecimiento vegetativo, cuando la planta tiene de 6 a 8 semanas de vida, aparecen las preflores, en los nudos de los tallos, detrás de las estípulas foliares, en la base de la hoja.
En una planta que ha recibido 18 horas de luz y 6 de oscuridad, las flores macho estaminíferas aparecen como pequeñas bolitas pegadas a los nudos del tallo tras 24 días aproximadamente.
En las plantas que han recibido 24 h de luz estas preflores aparecerán más tarde.
Las primeras flores que se hacen visibles son las del macho, una o dos semanas antes que las plantas hembras.
De todas formas, aunque tengamos indicios, hasta la octava semana no se podrá determinar el sexo de la planta claramente.
Lo más usual, es cosechar las plantas macho cuanto antes para que no polinicen a las hembras, a no ser que se quiera obtener semillas en lugar de cogollos desarrollados.
Si no se retiran, se producirá la polinización de las plantas hembra, cuando algún grano de polen de la flor macho (estaminífera) llegue a los pistilos de la flor hembra (pistilífera).
Para evitar la polinización y obtener una cosecha sinsemilla, se recomienda tapar los machos con una bolsa al retirarlos para evitar que el polen se disperse en el aire.
Al producirse la semilla, el pistilo o flor hembra se seca, por lo que la veremos de color marrón, y luego muere. De estas semillas cabe la posibilidad de que nazcan plantas macho o hembra.
Si se quiere obtener semillas hay que separar también los machos de las hembras hasta que ésta haya desarrollado sus flores totalmente.
Mientras la planta hembra alcanza su madurez, iremos eliminando las bolsas de polen de la planta macho, para que siga produciendo otras nuevas, hasta dos semanas antes de la máxima floración de la hembra.
Con una sola rama de polen tendremos suficiente para cubrir las necesidades de crianza con semillas para un particular.

7.1.5- Cuidados para que no cambie el sexo

Desde que la planta comienza a mostrar sus primeras hojas las condiciones ambientales influyen en el sexo que esta tendrá.
Los factores que influyen son:
-El nitrógeno, favorece el crecimiento de plantas hembra, niveles bajos de este elemento hacen cambiar su sexo a macho.
-El bajo potasio, hace que la planta sea hembra, a mayor potasio más posibilidades que sea macho. Durante las primeras semanas sería conveniente unas dosis altas de nitrógeno y bajas de potasio para potenciar la feminización.

-Temperaturas bajas y alta humedad, determinan el crecimiento de hembras. Una pequeña reducción de luz, a 14 h en lugar de 16, es mejor para que crezcan más hembras, igual que una luz más azulada. Ciclos de luz más largos, de 18 h o más, y luces rojizas potencian la aparición de machos.
-El estrés medioambiental, como cambios en las condiciones de luz, temperatura y agua o el trasplante, genera la formación de plantas macho.

7.2- Cambios en la planta durante la floración

En condiciones controladas de interior o invernaderos, la planta de cannabis florece en un periodo entre 6 y 10 semanas, aunque antes ya se ha podido determinar su sexo viendo el tipo de flor.
Cuando la marihuana comienza su etapa de floración las hojas desarrollan menos foliolos (hojas pequeñas que se forman dentro de una misma hoja que termina en el nervio) y se alargan por el tallo.
Al iniciar esta etapa la planta produce menos cannabinoides para más tarde acelerar su producción. Las flores en cambio, crecen rápidas en la primera etapa y luego crecen menos cantidad para madurar las que ya han crecido.
En esta etapa se incrementa el consumo de potasio y fósforo, por lo que se aconseja potenciar estos elementos en el riego con fertilizantes y añadir menos suplemento de nitrógeno. Veremos que ello hace que las hojas amarilleen, pero esto es bueno porque toda la fuerza la planta la dirige hacia el desarrollo de los cogollos.

7.3- Inducir la floración

Podemos hacer que la planta comience a florecer cambiando su fotoperiodo, con menos horas de luz y más de oscuridad.
Pero para hacer este cambio hay que esperar a que la marihuana haya desarrollado sus preflores. Si se induce al crecimiento antes de tiempo podemos estresar la planta y que se convierta en hermafrodita.
Cuando le damos una iluminación a la planta de 12 horas, combinada con 12 de oscuridad, estamos dirigiendo la planta hacia su floración.
Cuando pasen entre 6 y 10 semanas desde que iniciamos esta iluminación la planta ya habrá llegado a su máxima capacidad de producción de flores con resina, que se verá como puntitos blancos sobre las hojas, con una gran cantidad de THC.
Esta regla es válida para todo tipo de cultivo, sea de interior o exterior, excepto para las variedades sativa puras, porque como ya comentamos su floración es más tardía.
Al regular de esta manera la luz, podemos hacer que la planta comience a florecer en 15 días o antes, dependiendo del tipo de semilla. Así, podemos tener una cosecha regular cada 6 u 8 semanas.

7.4- Cuidados para la floración

Además de regular las horas de luz acortando el fotoperiodo, como explicábamos antes, y de ajustar las necesidades de nutrientes, con más potasio y fósforo, también el riego merece atención.
La absorción de agua durante la floración es menor que durante el crecimiento vegetativo anterior, pero hay que suministrarle la cantidad que necesita para que pueda producir la resina.
Estresar la planta reduciéndole drásticamente el riego impide que la planta crezca y no desarrolle bien los cogollos.
Tampoco se debe quitar las hojas grandes par que llegue más luz a las pequeñas, porque estas hojas tienen su función y son necesarias para que la planta esté fuerte.
Durante la floración hay que ser constante en las horas de luz que recibe la planta y no estresarla con cambios de luz, riego o ventilación, porque cualquier adaptación que tenga que realizar le restará energía para que crezcan más cogollos.