5- Potenciarás las etapas del crecimiento con un buen cuidado

5.1- Las condiciones básicas para el cultivo

Una vez las plantas alcanzan un tamaño suficiente para ser trasplantadas del lugar donde germinaron, comienza la etapa de crecimiento vegetativo, que culminará con la floración, siempre que la planta sea hembra.
Las condiciones del medio que rodea la marihuana deben ser controladas si se quiere conseguir una cosecha abundante de calidad, este sería el primer paso a tener en cuenta para que la planta alcance un buen desarrollo.
Los principales problemas que impiden un correcto crecimiento de las plantas son:
1- Falta de luz: Lo detectamos porque los tallos se estiran y la planta pierde fuerza. La carencia de luz ralentiza la clorofila e impide que los nutrientes lleguen a la planta.
2- Falta de ventilación: La falta de ventilación sofoca las hojas, lo que causa un desarrollo lento y un consumo reducido de agua y nutrientes.
3- Falta o exceso de riego: El transporte de nutrientes se hace mucho más lento si la tierra está seca. El crecimiento es lento y la planta se hace más débil a las enfermedades, incluso pueden llegar a secarse las raíces.
El exceso de riego es más delicado, ya que se trata de una de las principales causas de mortandad de las plantas. Al encharcarlas, no se permite la llegada de aire y las raíces pueden llegar a podrirse. Las defensas de las plantas también se debilitan y el crecimiento se ralentiza por los problemas para absorber nutrientes.
4- Temperatura: La marihuana necesita un ambiente cálido pero no muy caliente, pues las hojas no soportan temperaturas superiores a 43º. Los cambios bruscos de temperatura, a partir de -8ºC causan un desarrollo más lento de la planta.
5- Sustrato caliente: Hay que tener cuidado con el recalentamiento de los contenedores donde está plantada la marihuana, sobre todo si se encuentran en el exterior.
Una temperatura en la tierra mayor de 32ºC daña las raíces capilares por donde se absorbe el agua. En exterior, los contendores pueden alcanzar temperaturas de 38ºC. Por ello se recomienda utilizar contenedores blancos y controlar la temperatura si se planta en exterior.
6- Raíces que reciben luz: Las raíces necesitan un medio oscuro para poder estar sanas y cumplir su función. Si les llega la luz desde el contenedor o en los cultivos hidropónicos o aeropónicos se vuelven verdes y no pueden funcionar correctamente.
7- Humedad: Una humedad elevada impide transpirar a las hojas, lo que provoca que el crecimiento sea lento al utilizar menos agua y nutrientes. Una humedad muy baja tampoco es recomendable porque estresa a la planta, que invierte casi toda su energía en absorber agua.
8- Quemaduras: La excesiva cercanía o potencia de la fuente de luz puede llagar a quemar las hojas, lo que hacen a la planta más vulnerable a enfermedades y plagas.
9- Daños por pulverizaciones: Al pulverizar la planta haya que tener en cuenta si la solución es fitotóxica. En ese caso se podrían quemar las hojas si está demasiado concentrada o se pulveriza en horas de calor.
10- Contaminación del aire: En el cultivo de interior hay que disponer de extractores para evitar la migración al aire de compuestos químicos como fertilizantes o aditivos del agua de riego. Si el aire está contaminado por una mala renovación puede llagar a detener por completo el crecimiento de las plantas.
11- Daños por ozono (ver ventilación de hidroponía)

5.2- La etapa vegetativa (crecimiento)

La etapa vegetativa del desarrollo comienza cuando la planta ha desarrollado un sistema completo de raíces y salen hojas de forma más rápida, unas 2 o 3 semanas después de germinar.
Hay que ser muy cuidadoso en esta etapa, puesto que cualquier daño será irreversible e impedirá el correcto crecimiento. Por ello, es importante que las condiciones de cultivo sean adecuadas, como se ha comentado en el punto anterior.
A medida que la planta vaya creciendo durante este estado vegetativo que precede la floración, necesitará mayor riego y nutrientes.
La planta de marihuana se rige por el fotoperído. Por tanto, las horas de luz que recibe determina si sigue creciendo (etapa de vegetativa) o florece.
Para el crecimiento vegetativo la luz debe llegar a la planta durante al menos 18 h. Para la floración, en cambio, hay que proveerlas de 12 h de luz y 12 h de total oscuridad.

5.3- El cambio de maceta

El trasplante es una operación traumática para la planta, pero es necesaria si el contenedor se ha quedado pequeño.
Lo ideal sería una vez trasplantado el cepellón (ver el capítulo de germinación de la semilla) no volverlo a mover, disponiendo un contenedor suficientemente grande para toda sus etapas.
Si se cultiva en macetas pequeñas para la primera etapa, entonces hay que tener cuidado y comprobar si la planta está creciendo más alargada y si sus raíces rodean la tierra, tanto en la base como en los lados. Para comprobarlo sacaremos la planta con la tierra del contenedor.

5.3.1- Consejos para trasplantar:

-Trasplantar a un medio lo más parecido posible, por ejemplo, el mismo tipo de tierra. Si se cambia la planta a un medio distinto, se crea una presión diferente en el agua, retrasando el crecimiento de las raíces.
-La planta tiene que estar en contacto con tierra húmeda, por lo que el nuevo contenedor deberá tener la humedad adecuada, ya que las raíces son muy finas y se rompen con facilidad.
-Trasplantar a la caída del sol para que la planta se acomode durante la noche al nuevo contenedor.
-Dejar las plantas con luz tenue o bajo un fluorescente durante dos días antes de volverlas a exponer a a luz DAI o la luz del sol. Las plantas trasplantadas se adaptan mejor con una luz tenue, ya que la raíces crecen mejor en la oscuridad.
-Si añadimos al agua de riego antes de trasplantar con una solución con hongos Trichodema o vitamina B¹ ayudaremos al enraizamiento.

5.3.2- El doble plantado

Otra forma de trasplantar es cortando la base de la maceta que se introduce dentro de otra más grande, se denomina doble plantado y no perjudica a la planta, ya que sus raíces crecen hacia abajo.

5.4- Cuidados: poda y doblado

La poda y el doblado de la planta de marihuana influyen en su desarrollo hormonal. La poda es un tratamiento más fuerte que el doblado y de la combinación de ambas técnicas obtendremos el mayor rendimiento de la planta.
Eliminar o doblar una rama altera el equilibrio hormonal y el crecimiento de la planta. Si se corta el meristemo (la parte principal de la planta) las hormonas auxinas se reparten aumentando su concentración en las ramas más bajas. Con el doblado se conseguiría un efecto más sutil d redistribución de las auxinas.

5.4.1-La poda

Las plantas necesitan todas sus hojas para producir la máxima cantidad de clorofila y nutrientes. Cortar hojas perjudica a la producción de clorofila y retrasa el crecimiento de la planta.
La poda solo se aconseja con las hojas que no estén sanas (hojas muertas o dañadas al 50%) o cuando se quiera redireccionar el crecimiento.
Las hojas grandes dan sombra y el abundante follaje es síntoma de buena salud. Por ello, no se debe podar cuando no es necesario.
Cuándo podar
Se recomienda podar las ramas bajas que crecen junto al tallo para evitar hongos y plagas por exceso de humedad.
También en caso de ramas interiores de crecimiento atrofiado. Así mejorará la circulación de aire y la luz llegará mejor a toda la planta. Otras ventajas son que se evita el crecimiento débil y se puede controlar mejor el riego.
Retirar con la poda las ramas espigadas o aquellas a las que no les llega la luz.
Dejar de podar la planta un mes antes de la floración, ya que al difundir hormonas de crecimiento la floración se retrasa. Si respetamos este tiempo de descanso, la planta ya se habrá recuperado y florecerá en el momento adecuado.
Herramientas de poda
Para podar hay que utilizar instrumentos de corte limpio, como navajas, tijeras o cuchillos afilados. Después de usarlas hay que higienizarlas con alcohol de farmacia.
Si se emplea instrumental que ha estado en el exterior hay que esterilizarlo con alcohol antes de podar la marihuana, porque podría contener restos de polen o esporas de hongos en muchos casos invisibles al ojo humano. Realiza el corte a 45º para dañar menos la planta.
Técnicas básicas de poda
 Podar el tallo central para que la planta tome fuerza en toda su extensión.
 Cortar la parte superior de las plantas (desde el tallo) hace crecer las ramas más bajas.
 Si queremos que la planta crezca a lo alto podaremos las puntas de todas las ramas, excepto el tallo central.
 Podar las ramas bajas que crecen junto al tallo para dar más fuerza a los cogollos.
Al podar el meristemo, o tallo central, las cuatro ramas más bajas se hacen más grandes y las hormonas femeninas se distribuyen por toda la planta. Realiza esta operación alrededor de las 6 semanas de edad.
Cuando las plantas midan unos 30 cm. de alto, hay que pasarlas al cuarto de floración. Los ejemplares robustos como la skunk, pasarán a florecer cuando midan entre 15 y 20 cm de altura.
También se puede realizar la poda de raíces con productos epecíficos para ello que emplean el dióxido de cobre.
La técnica del pellizcado
Para podar los brotes y potenciar las hormas que harán desarrollarse más los cogollos podemos emplear la técnica del pellizcado.
Consiste en cortar con los dedos la punta de las ramas, donde se encuentran los brotes. De esta manera se agrede menos la planta que cortando con unas tijeras, y se recupera antes del corte.
Cortaremos la rama desde el último o el penúltimo brote. De esta manera las ramas bajas se desarrollan más y se consigue así mayor cantidad de cogollos.
Se recomienda no podar más del 20% del follaje para no estresar a las plantas.
La técnica FM
Consiste en cortar los brotes dejando un 10% de su base. Los aficionados a esta técnica la prefieren porque produce cogollos de mayor peso y densidad.
Ventajas de no podar
No podar la marihuana permite que los cogollos crezcan más fuertes y densos. Las plantas tienden a crecer apiñadas hacia arriba.
Esta técnica se emplea sobre todo con clones que pasan a floración hacia los 30 días de estado vegetativo y crecen apiñados en cultivos.
Son clones de 60 a 90 cm. que dan muchos cogollos en pocas ramas. Ocupan un espacio mínimo y florecen en un tiempo mínimo, dando un alto rendimiento en la cosecha.
Para cosechas de poca altura no podar es la mejor opción.

5.4.2-El doblado

Con el doblado también alteramos el flujo de hormonas, pero de forma menos agresiva para la planta que con la poda.
Para doblar la planta la inclinaremos hacia el lado deseado curvando la rama y atándola al tallo. Para ello escogeremos las ramas más tiernas porque son más flexibles.
Si una rama se quiebra, se puede atar a una tablilla para que se recupere.
Doblar las ramas horizontalmente hace que crezcan en vertical, pudiendo absorber más luz y producir grandes cogollos.
Al doblar actuaremos con cuidado e intentaremos no dañar el tallo aprentándolo demasiado. Se puede poner una red a los lados para atar ahí las ramas.
Un doblado también permite tener plantas de manera más discreta.
La mayoría de cultivadores combina el doblado con la poda para obtener la mejor cosecha.

5.4.3- Evitar el estrés

Durante el ciclo de vida de la marihuana es muy importante garantizarle un medio estable, para evitarle el estrés de aclimatarse a las diferencias de temperatura, la restricción de agua, la luz de baja intensidad o la toxicidad por la falta de drenaje.
Cuando la planta se estresa produce más resina pero disminuye su crecimiento y la producción de tallos y flores, lo que supone un 25% menos de producción.
Intentaremos también no podar las hojas grandes que estén verdes, mejor hacerlo en la parte baja de la planta. Si las cortamos el crecimiento irá más despacio y disminuya la cosecha.
Romper el tronco de la planta o mutilar la planta puede hacer que produzca más resina pero no es recomendable hacerlo porque perjudica la cosecha. Lo mismo sucede con las restricciones bruscas de agua.

5.5- Clonación a través de esquejes

La marihuana puede reproducirse sexualmente, a partir de semillas, o asexualmente, mediante esquejes que clonan la planta. Podemos obtener esquejes cortando el extremo de una rama en crecimiento y enraizándola.
Un esqueje es una réplica genética exacta de la madre. A menos que el ADN de la planta se vea afectado por químicos o malos hábitos en el cuidado, las características del esqueje serán las mismas que las de la planta del que se obtiene. Incluso el sexo se repite, así una planta hembra dará plantas hembras al clonarse.
Los clones se introducen en el cuarto de floración cuando miden entre 10 y 30 cm. donde se potenciará la creación de cogollos con lámparas DAI.
La clonación reduce el tiempo de la cosecha. Hay cultivadores que combinan ciclos de floración y cosecha de ocho semanas con la clonación. Un esqueje que lleva enraizado un mes tiene la madurez de una planta de cuatro meses, con lo que se puede inducir a la floración regulando la luz con un fotoperiodo de 12 horas.
Otra ventaja de los esquejes es que se cultivan en contenedores pequeños y son fáciles de mover. Los clones fuertes y bien iluminados crecen más rápido y son más resistentes a plagas y enfermedades.

5.5.1- Las plantas madre

Cualquier planta puede ser clonada, sin importar en qué fase de desarrollo se encuentre. Aunque los mejores resultados se obtienen con planta de al menos dos meses de edad. También se aconseja nutrir a las plantas madre con un 10% menos de nitrógeno para propiciar el enraizamiento de los esquejes.
Se pueden obtener esquejes sucesivamente de plantas clonadas y no se observa que pierdan fuerza o características de la planta madre original.
Lo que sí influye en un esqueje de calidad es que la planta de la que se obtiene no haya sufrido estrés. Otra cosa que se desaconseja es clonar en la etapa de floración de la planta madre, ya que esos esquejes crecerán débiles.
Disponer de varias plantas madre en estado vegetativo nos garantiza la obtención constante de clones. Cada año, planta nuevas plantas madre de semilla. Durante este estado vegetativo daremos de 18 a 24 h de luz al día.

5.5.2- Las mejores variedades para clonar

Las variedades que crecen más fácilmente en esquejes son las índica y skunk. Lógicamente, cuanto más fuerte esté la planta mejor enraizarán sus esquejes.

5.5.3- Variedades no aptas para clonar

Las variedades que no producen esquejes aptos son la Rudelaris Índica y la Rudelaris Skunk. Ello es debido a su capacidad de autoflorecer en el fotoperiodo de 18 horas.
Otras variedades de exterior que preflorecen y por tanto no son aptas para esquejar son las Early Girl y Earlu Skunk. Otras de crecimiento temprano sí que serían aptas, por lo que es mejor consultar en el grow shop.

5.5.4- Consejos para la clonación

Cuando una rama deja de serlo para generar raíces al ser plantada como esqueje su química interna se transforma para generar raíces y convertirse en una nueva planta.
Para que desarrolle raíces rápidamente los clones deben tener una alta concentración de carbohidratos y pocos nitrogenados. Evitaremos esto lixiviando el medio de cultivo regando con grandes cantidades de agua que dejaremos drenar. Es muy importante realizar un buen drenaje para que la planta no se encharque.
También podemos regular esto desde la planta madre, regándola con un pulverizador sobre las hojas, lo que ralentiza el crecimiento y favorece los carbohidratos reduciendo el nitrógeno.
Podemos comprobar que la planta madre es rica en carbohidratos si las ramas más fuertes se doblan fácilmente.
También potenciaremos su enraizamiento añadiendo fósforo.
El contenido hormonal también es importante. Éste se distribuye de forma desigual en la planta, por lo que escogeremos par esquejar las ramas más bajas, donde la concentración de hormonas de enraizamiento es mayor.
Durante el inicio de la vida de los esquejes hay que evitar pulverizarlos, porque detendremos su crecimiento y generaremos estrés en la planta.
Los esquejes pequeños de tallos cortos enraízan más rápidamente que los largos, que poseen más almidón. El almidón no es favorable para el enraizado y además puede causar enfermedades a la planta.
Escogeremos también los tallos que tengan pocas hojas no muy grandes y fuertes. Si el tallo a esquejar tiene muchas hojas impedirá un buen desarrollo del clon, ya que la planta necesita realizar un gran esfuerzo para alimentarlas y le resta fuerza al enraizado.

5.5.5- Cuidar el esqueje

El primer cuidado que hay que tener con el esqueje es cortarlo en el agua o introducirlo en agua o medio de enraizamiento inmediatamente después de cortarlo. Si lo dejamos sobre la mesa o al aire libre puede introducirse aire en el tallo y producir una embolia que mata el esqueje.

Respecto al PH, controlaremos que esté entre 5 y 6. Para cultivo hidropónico se recomienda entre 5 y 5’5. En estos niveles de ph no aparecen enfermedades.
Para que las raíces crezcan bien el medio de cultivo debe tener suficiente aire, porque la marihuana no crece en medios compactados.
Hay que tener cuidado con la cantidad de fertilizantes que añadamos, porque un exceso retrasa el crecimiento del esqueje. Tampoco está recomendada la pulverización del clon en su primera etapa de enraizamiento.
El riego de los esquejes no debe ser excesivo. Igual que sucede con los plantones, podría podrir las raíces. La tierra tiene que estar húmeda pero no empapada.
Si algún esqueje aparece infectado o con alguna plaga, debe de retirarse inmediatamente para que no se propague al resto. Igualmente, si en el cuarto se disponen de plantas más desarrolladas y alguna muestra síntomas de hongos o insectos, los clones deben aislarse, ya que son muy frágiles y atractivos a los insectos.
Una temperatura en el cuarto de cultivo fresca, entre 18 y 25 °C, evita la aparición de ácaros y lal reproducción de hongos por esporas.

5.5.6- Hormonas de enraizamiento

Las hormonas de enraizamiento, que aceleran la producción de las raíces en los esquejes, son de gran ayuda para asegurarnos un buen crecimiento de la planta.
Cuando cortamos el tallo para obtener esquejes, las hormonas se desplazan por el tallo hasta bajar a la zona de corte y desarrollar las raíces. Pero se trata de un proceso que dura una semana, por ello empleamos las hormonas de enraizamiento para ayudar a cubrir este espacio de tiempo iniciando el crecimiento de raíces desde el momento en que se corta el esqueje.
El tallo que se ha plantado como esqueje, para poder crecer crea células indiferenciadas. Estas células permiten que crezcan después las células de enraizamiento.
Así, las hormonas que añadimos a la planta, le ayudan a producir células indiferenciadas que rápidamente se transforman en células de desarrollo radicular.
Los diversos tipos de hormonas de crecimiento que podemos encontrar en los grow shops combinan de distinta manera estas tres sustancias o poseen alguna de ellas: el ácido 1-naftalenoacético (ANA), el ácido 3-indolbutírico (AIB), y el ácido 2-4 diclorofenoxiacético (2-4 ADF).
A estas soluciones hormonales normalmente se les añade también algún agente fungicida para evitar la aparición de hongos.
Respecto a su presentación, podemos encontrarlas en polvo, líquido, o gel. Estas dos últimas reparten más uniformemente el producto.

5.5.6.1- Cómo aplicar las hormonas

Al cortar el esqueje se recomienda cortar el extremo del tallo en dos para que crezca el doble de raíces. También se puede raspar el tallo para quitarle la piel verde y que salga raíces de los laterales del tallo también.
Las hormonas líquidas deben diluirse lo máximo posible cuando se trata de esquejes tiernos. Si las hormonas contienen AIB solo deben usarse una vez, pues un exceso bloquearía el crecimiento.
Sumergiremos los esquejes en la solución de 5 a 15 segundos y a continuación los plantaremos.
Los polvos de enraizamiento contienen AIB y/o ANA disueltos en talco. Son las hormonas más económicas pero tienen más dificultad en su uso.
Para aplicarlos correctamente en la planta y que no se desprendan de ésta primero hay que mojar el esqueje en agua e impregnarlo del polvo y hacer un agujero en el medio de cultivo más grande que el esqueje, para poderlo depositar sobre la base directamente.
También se recomienda sacudir el esqueje o rasparlo con el fin de eliminar el exceso de polvo, porque si le damos a la planta demasiadas hormonas de enraizamiento se bloquea y conseguimos el efecto contrario.
El formato en gel es más práctico y efectivo, es fácil de aplicar porque queda sujeto al tallo y permanece durante más tiempo que las opciones líquidas o en polvo.
Otra formas de ayudar al enraizamiento consisten en las pulverizaciones con una solución diluida de AIB para uso foliar, de 50 a 90ppm, o remojar los esquejes en una solución líquida de 200 ppm de AIB y/o ANA, durante 24 horas.
Estas dos opciones están menos aconsejadas porque las pulverizaciones deben hacerse en su justa medida y podemos dañar el crecimiento por el exceso, y remojar los esquejes en hormonas tan diluidas retrasa el momento de plantar.
El agua de sauce mezclada con hormonas de enraizamiento consigue unos resultados excelentes, un 20% más que el agua.
Algunos productos para enraizar contienen hongos trichoderma, que ayudan a que las raíces absorban más nutrientes y por tanto, crezcan más.

5.5.7- Trasplantar el esqueje

Una vez cortado, preparado el tallo con el raspado e introducido en la solución de hormonas de enraizamiento trasplantaremos inmediatamente el esqueje en su medio de cultivo.
Otra operación que se aconseja realizar antes de plantar el esqueje es cortar las puntas de las hojas a la mitad.
En este caso, al igual que con las semillas, se recomienda utilizar los cubos de enraizamiento, lo que nos permitirá su trasplante a un contenedor mayor para la etapa de crecimiento vegetativo sin que la planta sufra estrés.
Cualquiera que sea el medio donde se plante, hay que hacer un agujero con un lápiz o similar, más largo que la medida del esqueje. Este agujero debería de llegar a un centímetro y medio del fondo para que las raíces de desarrollen con facilidad.
Colocaremos bajo el sustrato (si es una maceta se harán agujeros) una bandeja con lana de roca bañada en agua de ph 5 a 6.
Cuando el esqueje esté en el medio de cultivo, que presionaremos a su alrededor para compactarlo, lo regaremos ligeramente hasta que la superficie se humedezca de forma uniforme.
Mantendremos el medio de cultivo siempre húmedo pero no empapado.
Como ya comentamos anteriormente, la luz no debe ser muy fuerte, una iluminación con luz fluorescente de 18 24 horas a 15 cm. de la planta sería una buena opción. Las lámparas DAI no son adecuadas a no ser que estén alejadas porque aportan demasiada luz.
También es muy beneficioso el uso de humidificadores en el cuarto de clonación, aseguran un 95% de humedad y ello permite que la planta absorba agua por las hojas antes de que desarrolle las raíces. Para potenciar este efecto, podemos construir una cubierta con material específico para ello de venta en grow shops.
Respecto a la temperatura ambiental debería encontrarse entre los 24 y 27ºC. Si se superan los 29ºC los esquejes podrían quedar dañados. Ésta debería estar unos 3ºC más fresca que la temperatura del sustrato.
Rociar los esquejes con agua ayuda a que disminuya la transpiración y retengan mejor la humedad.
También se aconseja emplear una alfombrilla térmica o bombilla de luz incandescente bajo los esquejes, para aportar calor y ayudar al enraizamiento.
Los clones deben tener un aspecto saludable al finalizar la fase de enraizamiento, que tardan aproximadamente de una a tres semanas. Si después de este tiempo algún esqueje se ve marchito deberemos dejar lo más tiempo en la cámara de enraizamiento.
Sabremos que el esqueje ya está enraizado y dispuesto para regular las condiciones a la fase de crecimiento pre-vegetativa cuando las puntas de sus hojas estén amarillas, lo que significa que está desarrollando raíces más allá de cubo de enraizamiento.
Si las raíces se salen del contenedor es señal de que se puede trasplantar a un recipiente mayor y pasar a la fase vegetativa. Para ello seleccionaremos los mejores esquejes, y habrá que inspeccionar que se encuentren sanos.
Las condiciones de luz variarán entonces, incrementándose la cercanía o potencia, pero sin llegar todavía a las pautas de la etapa de crecimiento vegetativo.
Antes de pasar al contenedor desde el taco de enraizamiento los esquejes pueden recibir un baño acaricida y fungicida. Para ello introduciremos todo el esqueje dentro de la solución, bañándolo en ella.
El agua con la que se mezcla la solución debe tener un PH rebajado a 5 o 6. Si añadimos como fungicida el peróxido de hidrógeno al 2% no se alterará el PH.
También podemos desinfectar los clones con cloro o vinagre al 10%, pero nunca mezclaremos estos componentes porque desprenden un gas venenoso.
Una vez trasplantados los esquejes es conveniente que pasen un tiempo de aclimatación, pasando unas horas al día en su próximo lugar de cultivo, cuando comiencen el crecimiento vegetativo.
Esta operación es importante sobre todo si van a estar en exterior. Cuando el esqueje termina de enraizar sus hojas han perdido la capa protectora por el esfuerzo de la planta para desarrollar raíces, y son muy sensibles a la luz directa.
Si el cultivo es de interior se ajustarán las luces en una posición intermedia entre la etapa de enraizamiento y la de crecimiento vegetativo.

5.5.8- Conservación del esqueje

Si queremos guardar esquejes para enraizarlos posteriormente, éstos deberán estar pelados y cortados en dos, y se envolverán en una tela o toalla mojada. Se introducirán con el envoltorio en una bolsa de plástico y guardarán en el frigorífico.
La temperatura no puede ser menor de 5ºC para no dañar la estructura celular de la planta. No los dejaremos sin plantar aunque estén almacenados de esta manera cuidadosa más de 3 semanas.
Algunos geles permiten que el esqueje vaya enraizando mientras espera para ser plantado.

5.6- Cómo instalar un cuarto de cultivo interior

Las plantas de marihuana pueden crecer en diferentes lugares siempre que éstos tengan las condiciones necesarias para su desarrollo (ver capítulo 3).
El cultivo de interior es el más popular por la comodidad y discreción que proporcionan, así como la capacidad de controlar totalmente las condiciones del cultivo.
Buhardillas, sótanos, armarios, o incluso camiones, caravanas o naves industriales se emplean como espacio para instalar un cultivo de interior.

5.6.1- Tamaño y número de cuartos de cultivo

Según el tamaño del cuarto de cultivo deberás instalar un tamaño y número de lámparas determinado. Así, para un armario o pequeños espacios, te bastará con lámparas de alta densidad (DAI) de entre 150 y 400 vatios, mientras que para cuartos de mayor volumen te recomendamos lámparas de más de 600 vatios.
Las instalaciones más productivas utilizan dos cuartos de cultivo: uno pequeño para crecimiento vegetativo, plantas madre y enraizamiento de esquejes; y otro cuatro veces más grande que el anterior para la floración. De manera que cuando se recoge la cosecha del cuarto de floración, las plantas del cuarto de crecimiento vegetativo se trasladan a éste.
La superproductividad se logra con una cosecha perpetua, sacando diariamente varios esquejes, y cosechando varias plantas. El lugar que deja vacío cada planta cosechada lo ocupa un nuevo esqueje.

5.6.2- Altura de techos

La altura mínima del techo debe ser de 1,5 metros, puesto que la marihuana en maceta debe situarse a 30 cm del suelo como mínimo y la lámpara ocupa otros 30. Te aconsejamos que cierres el cuarto y retires muebles y telas para evitar hongos. Una plancha de aglomerado o plástico será suficiente para evitar que salga la luz al exterior y levantes sospechas.

5.6.3- Cubrimiento con material reflectante

Pintar de blanco mate o cubrir con Mylar toda la habitación (paredes, suelo, techo) te proporcionará más energía lumínica.

5.6.4- Circulación del aire

Ten, al menos, una toma de aire fresco en la habitación. Una puerta, ventana, extractor o ventilador oscilante proporciona una buena circulación del aire. Asimismo, mantener el calor dentro y fuera del cuarto es muy importante y el aislamiento evitará que entre el calor del exterior.

5.6.5- Riego

Instala una manguera o conecta un grifo en la habitación para regar tus plantas. Si el cuarto es pequeño, bastará con una regadera. Te aconsejamos que el suelo sea de hormigón y superficie lisa y que incluya desagüe para evitar humedades. Para acercar o alejar las lámparas de la planta, puedes montar un gancho con cadena y polea.
Ten a mano las herramientas necesarias para el cultivo: termómetro, pulverizador, medidor de pH, jabón líquido biodegradable, podadora, tijeras, alambre para atar, tirafondos, destornillador, cucharas y vaso medidor, medidor de humedad, fotómetro y vara para medir el crecimiento. Por ejemplo, un higrómetro en el cuarto antes de introducir el cultivo te permitirá conocer si la humedad ha variado.
Los plantones y esquejes enraizados deben situarse muy juntos bajo la lámpara. Por lo general, las lámparas de 400 vatios deben estar a 45 cm por encima de las plántulas y clones; las de 600 vatios a 60 cm y las de 1.000 a 75 cm.

5.6.6- Invernaderos y armazones de exterior

Si quieres extender la temporada de cultivo y proteger las nuevas plantas y plantones puedes optar por un invernadero o un armazón de exterior. El primero requiere de mayores espacios, mientras que las cajoneras, en frío o en caliente y hechas de cristal o plástico, ofrecen múltiples ventajas, protegiendo las plantas jóvenes del frío y el viento.
Para elegir bien el tamaño de tu invernadero debes calcular 90cm² de espacio por cada planta madura, 15 cm para que circule el aire entre los bancos y las paredes laterales, más otros espacios para pasillos. Los paneles de fibra de vidrio corrugada te permitirán levantar una estructura de 1,5 metros para plantas que no crecen mucho, y de 1,8 a 2,1 metros para plantas altas. Para hallar la altura central puedes sumar la altura del alero y 0,25 de anchura.
De arcos o tipo caseta; adosados en anexos montados en ventanales o independientes; abiertos al interior adosados a las casas…
Mientras el esqueleto de un invernadero puede ser de madera o metal, las cubiertas ofrecen más opciones como el vidrio, plástico o fibra de vidrio. Aunque el vidrio retiene mejor el calor, resulta más caro que el polietileno, material de bajo coste y ligero que aunque puede soportar la dureza de climas extremos, no tolera los niveles de los rayos ultravioletas del verano. Al perder el calor más rápido que el vidrio, el plástico necesita por la noche una fuente extra de calor.
El polivinilo de cloro (PVC) es bastante más caro que el polietileno, pero puede durar cinco años o más. Es plegable, transparente y traslúcido. Los paneles corrugados de plástico que inhiben los rayos ultravioletas proporcionan una protección excelente contra el viento y la nieve y una gran captación de calor del sol. Además de bloquear los rayos, tiene propiedades aislantes. El Lexan es un termoplástico que dura años y transmite casi la misma luz que el vidrio y retiene el calor.

5.6.7- Condiciones ambientales para los invernaderos

El control del clima es indispensable para que la cosecha sea un éxito dentro de un invernadero. Buena ventilación, extractores y trampillas permitirán la salida del aire caliente y húmedo y protegerá el cultivo de las corrientes.
Igual de importantes son los sistemas de calefacción.
El cannabis crece bien con temperaturas nocturnas de entre 16 y 18ºC. Alfombrillas y cables de calefacción son buenas opciones para calentar plántulas, clones o plantas en floración.
Radiadores eléctricos, aire forzado, sistemas a base de carbón, agua caliente o vapor, son otras ideas que te permitirán mantener la temperatura idónea de tu invernadero. Por último, puedes emplear el método tradicional, el compost, para calentarlo.
En caso de que quieras enfriar tu cuarto de cultivo, el rocío elimina el exceso de calor y añade humedad, reduciendo las necesidades de riego. Un aparato enfriador puede reducir la temperatura interior entre 15 y 23 grados en climas cálidos y secos. Para enfriar y humedecer, el refrigerador debe ubicarse fuera del invernadero.
Controlar el riego y rociado puede hacerse usando sistemas de componentes sueltos, sistemas automáticos o mixtos, así como pantallas que se mueven hacia abajo o hacia arriba, cerrando o abriendo el flujo. No obstante, siempre podrás echar mano al riego manual, muy efectivo y económico.
Si importantes son el calor, la protección, el agua y la ventilación, la luz no lo es menos. La fluorescente, las DAI o de sodio son opciones que dependerán de cada cuarto de cultivo. Compra un medidor de luz si quieres ajustar el nivel lumínico a tus necesidades.
Aumenta los niveles de CO2 durante el día para que el crecimiento en tu invernadero sea óptimo, toma medidas para camuflar tu cosecha de las miradas del exterior y planta directamente en tierra, en vez de contenedores, si te lo puedes permitir: lograrás plantas más grandes y ahorrarás en mantenimiento.

5.7- El cultivo en exterior

El cultivo exterior de cannabis es el más popular en los países con legislación laxa, puesto que es el sistema de cultivo más barato. La planta puede cultivarse con éxito casi en cualquier lugar.
Tan importante como elegir el lugar perfecto es seleccionar las variedades adecuadas para cada clima. Es una excelente idea cultivar diversas variedades, con tiempos de acabado diferentes, para escalonar el trabajo y el secado a lo largo del tiempo. Si se realiza el cultivo en primavera, utilizando distintas variedades, se podrá cosechar durante gran parte de la temporada.

5.7.1- Variedades de marihuana para exterior

Podemos encontrar la variedad o variedades justas que se adapten a nuestras necesidades:
Variedades para cultivadores expertos
Hash Plant, Afghani o Hindu Kush. Son magnificas, y que están listas entre mediados y finales de agosto. El rendimiento y la potencia son bastante elevados, así como su fragancia. Necesitan cantidades de sol intenso y un riego desde abajo y no tipo lluvia.
Empiezan a florecer cuando se alargan los días en verano y la luz solar es más intensa. Los cogollos engordan rápidamente en las plantas con tendencia a un crecimiento bajo y rechoncho. Para evitar problemas con el moho, que puede ser causado por cualquier exceso de humedad (días soleados tras la lluvia o incluso un rocío abundante), se sugiere cosechar cuando alrededor del 10% de los pistilos se han secado.
Otras variedades muy potentes y que producen un poco más que las variedades anteriores son la Early Pearl, Early Queen, Eary Riser, Manitova Poison, etc. Estas crecen de 1,8 a 2.7 metros de altura y son bastante arbustivas. Terminan de madurar entre finales de agosto y primeros de septiembre. Son variedades resistentes al moho y fáciles de cultivar ya que necesitan poca dedicación.
Otras variedades acaban de madurar entre mediados y finales de septiembre, como Mighty Mite, Durban Poison o Jack Herer, el rendimiento y la potencia son muy buenos. Todas las plantas desarrollan una enorme cola central con varios cogollos importantes en las ramas principales y para evitar que se rompan, en ocasiones, es necesario atarlos. Crecen bien si se las deja solas y el olor no resulta demasiado intenso.
Plantas que maduran entre mediados y finales de octubre son la Blueberry, White Widow, White Rhino, Super Silver Haze o Pure Power Plant. Tanto el rendimiento como la potencia son muy elevados en estas plantas que no huelen mucho mientras se cultivan pero sí cuando están cortadas. Todas estas plantas crecen bien al aire libre, aunque son difíciles de controlar porque a veces desarrollan moho, cerca del momento de la cosecha, cuando el tiempo es más húmedo.
Variedades como Skunk #1, Northern Lights #5 x Haze, Big Bud y las sativa puras o casi puras, están listas para ser cosechadas entre finales de octubre y primeros de noviembre. Las plantas Skunk#1 son extremadamente olorosas; el viento puede llevar su aroma a más de un kilómetro y medio literalmente.
Todas las variedades de este grupo tienen un rendimiento alto o muy alto, pudiendo llegar a producir más de un kilo por planta. Suelen ser plantas muy altas, alguna sativa puede alcanzar los 6m. Los hongos pueden ser un problema en estas plantas de floración tardía, aunque soportan bien la lluvia, incluso ligeras heladas.

5.7.2- El clima

Estén donde estén plantados, los factores principales que condicionan los cultivos al aire libre son: la climatología, la tierra y el agua.
Las precipitaciones, la temperatura y la luz solar varían mucho dependiendo de la zona del planeta en que nos encontremos, por lo que hay que buscar información específica acerca del clima, en los viveros locales, en libros y revistas de jardinería de tu región, o a través del Ministerio de Agricultura de tu área. La Comunidad Valenciana es un punto geográficamente intermedio, que representa bastante bien la escena y clima general de la costa mediterránea. Hablamos de un área con temperaturas cálidas durante casi todo el año, con alguna época de lluvia e inviernos estables sin bajadas de temperaturas drásticas. Durante el verano y la temporada de exterior, las temperaturas son bastante cálidas, llegando a ser muy calurosas en los meses más cálidos, como son julio y agosto, tanto durante el día como por la noche. El terreno es mayormente calcáreo, por lo que es muy alcalino, es decir, tiene un pH superior a 7 puntos, y para muchas plantas resulta mucho más de lo que necesitan para desarrollarse correctamente. Con los correctos cuidados y correcciones, la Comunidad Valenciana resulta un sitio ideal para el auto-cultivo de exterior, con una temporada larga que va desde marzo hasta noviembre, dejando de por medio muchos meses para que las plantas crezcan y engorden, cosa que los cultivadores de variedades de floración larga agradecerán bastante. El cultivo pues en esta zona es relativamente sencillo y, dadas sus temperaturas medianamente estables durante todo el año, se pueden hacer diversos cultivos y aplicar distintas técnicas.

5.7.3- Comenzar a cultivar: esquejes y plantones

Para poder sacar el máximo partido a la temporada, lo más indicado es comenzar cultivando clones y plántulas bajo luces en interior. Esto facilitará la aclimatación de las plantas y configurará su resistencia al estrés ambiental. Los meses de primavera y otoño son lluviosos, con un periodo seco en julio y agosto. Las lluvias frías de otoño pueden provocar moho, lo mejor es plantar variedades de maduración temprana y evitaremos problemas con el tiempo.

5.7.4- La tierra

La tierra es el producto de millones de años de geología. Podemos distinguir tres tipos principales de tierra, aunque dentro de cada tipo existan múltiples variantes: tierra arcillosa, tierra arenosa y tierra margosa.
Tierra arcillosa
Conocida también como “tierra pesada” o adobe, es común en áreas costeras y está muy extendida en zonas de interior. Retienen bien el agua y aporta un drenaje lento y uniforme. Tarda en calentarse durante la primavera y mantiene el calor al entrar el otoño.
Un grave inconveniente es que la densidad de la arcilla no permite una circulación fluida del aire, y por tanto se ve frenada la formación de raíces. Si se quiere cultivar en este tipo de tierra, hay que prepararla al menos un mes antes de plantar añadiéndole gran cantidad de compost y estiércol.
Como la tierra arcillosa retiene mucho el agua, añadir materia orgánica aligerará la tierra creando hueco para el aire y mejorando el drenaje lo que estimulará el crecimiento de las raíces.
Tierra arenosa
Se compone de partículas pequeñas, medianas y grandes y es fácil de manejar, incluso cuando está mojada. La encontramos cerca de grandes masas de agua, en los desiertos y en zonas del interior. Este tipo de tierra se reconoce al tacto y por su aspecto y es muy adecuada para una profunda penetración de las raíces. Se calienta rápidamente durante la primavera pero no retiene bien los fertilizantes, sobre todo cuando está muy mojada.
El compost ayuda a unir las partículas proporcionando alimento y circulación al aire. No obstante en climas calurosos, la materia orgánica se descompone muy deprisa, siendo consumida por bacterias y otros organismos de la tierra. Para obtener buenos resultados hay que mantener fresca la tierra arenosa, para ello haremos que retenga la humedad con materiales de acolchado y la mejoraremos añadiendo compost frecuentemente.
Tierra margosa
Es el medio de cultivo perfecto. Tiene las ventajas de la arcilla y de la arena, retiene la humedad y el agua como la arcilla y se calienta con rapidez drenando muy bien, como la arena.
La mejor tierra para cultivar plantas es la marga que se encuentra en los antiguos remansos de los ríos y en los lechos de los lagos donde se acumula y sedimenta.

5.7.5- Preparar la tierra

PH
Los niveles de pH de la tierra y del agua son absolutamente determinantes. Para encontrar las condiciones óptimas del cultivo del cannabis, la tierra debe tener el pH a 6,5. Es fácil alterar el nivel de pH en la tierra. Pueden hacerse enmiendas a base de caliza, que lo elevan, rebajando la acidez, pero hay que tener en cuenta que si nos excedemos podemos quemar la raíces y provocar que la planta no pueda absorber los nutrientes.
La aplicación de caliza difiere en función del tipo de tierra. Orientativamente podemos considerar los siguientes parámetros:
16 kg para 250 m2 de tierra muy arenosa
23 kg para 250 m2 de tierra arenosa
32 kg para 250 m2 de marga
36 kg para 250 m2 de tierra muy arcillosa
Por el contrario es mucho más sencillo elevar el nivel de acidez. Si tenemos una tierra demasiado alcalina, 40gr de sulfuro de roca por metro cuadrado, bien repartido, reducirán el pH alrededor de un punto. Otros tipos de tierra requerirán 100 gr por metro cuadrado. Las hojas compostadas y el musgo de turba también ayudan a acidificar la tierra y bajar el pH.
Zona de Caliche
En determinadas zonas, en capas bajo la superficie, la tierra se endurece y se vuelve impermeable no dejando progresar el agua ni las raíces de las plantas. Para plantar en este tipo suelo debemos abrir un agujero hasta la tierra porosa, para permitir el drenaje en la zona de caliche, cuya textura varía de granular a rocoso como cemento solido, y que puede tener desde unos centímetros a varios metros de grosor. Después lo rellenaremos con compost o tierra de jardín de alta calidad.
Lechos elevados y acolchado
Es una excelente opción para cultivar en el jardín trasero ya que su preparación y el control de las malas hierbas resulta mucho más sencillo.
Se construye un lecho elevado encima de las tierras arcillosas entre 15 y 20 cm lo que elimina la necesidad de excavar.
El acolchado, consiste en una capa de follaje en descomposición, paja, césped cortado, hierbas, etc y alrededor de las plantas papel, piedras, plástico, etc depositados, que atrae y retiene humedad en la tierra, y limita el desarrollo de malas hierbas.
Fertilizantes
Dependiendo del tipo de fertilizante, se puede aplicar con más o menos frecuencia. Las plantas deben fertilizarse lo suficiente para que respondan y crezcan de forma adecuada en condiciones de temperatura, luz solar, humedad y viento moderado. Hay que diluir el fertilizante si se utiliza cada vez que se riega.
Deberemos fertilizar con una solución suave para la floración durante la germinación y el crecimiento de las plántulas.

5.7.6- El agua

El agua de lluvia es la mejor para regar, aunque deberemos asegurarnos de que no es demasiado ácida (tomando lecturas del pH y de las ppm recogidas en el agua de lluvia), antes de utilizarla.
Cuando el agua tiene un alto contenido en sodio, este se acumula en la tierra, ralentizando el crecimiento de las plantas, que salen más bajas y con hojas más pequeñas de lo normal.
En pequeñas cantidades el sodio puede beneficiar las plantas, paliando incluso alguna deficiencia de potasio, pero si los niveles son mayores puede producirse lo que se denomina estrés sódico, que lleva a que las raíces pierdan su capacidad de absorber agua y otros nutrientes, secándose aunque se rieguen.
Es importante conocer el contenido de sodio y otros sólidos disueltos y para ello debemos analizar el agua de riego, y tomar las medidas oportunas si la lectura supera los 50 ppm. Es buena idea mezclar agua de lluvia con agua corriente para diluir los sólidos disueltos. Mantener cubierto el barril de recogida de agua prevendrá la evaporación y evitará que entren contaminantes.
Existen muchos tipos de receptáculos y depósitos para almacenar el agua de riego. Deberá utilizarse la mayor unidad de almacenamiento que podamos manejar, ya que siempre necesitaremos agua. Para almacenar una gran cantidad de agua, una buena opción es cavar una zanja grande y forrarla con material plástico resistente.

5.7.7- La temperatura

El cannabis deja de crecer o crece muy poco a partir de los 29ºC. Si se cultiva en un clima caluroso deberemos asegurarnos de que en las horas centrales del día, el lugar donde hemos plantado, recibe la luz solar de forma filtrada. También será buena precaución asegurarse de que allí corre el aire de forma natural y de esa forma la brisa refrescará las plantas durante los momentos de más calor.
Se puede sombrear el cultivo doblando y atando ramas de los árboles de alrededor o construyendo una estructura de sombreo cubierta con tela para sombrear, o con listones de madera delgados y estrechos.

5.7.8- El viento

El viento persistente absorbe la humedad, provocando que las plantas dirijan esta desde las raíces hasta las hojas, como mecanismo defensivo para regular la temperatura y la química interna. Esto es un grave problema cuando el agua disponible es limitada.
El sur y el levante español están sujetos a fuertes vientos procedentes del desierto que en ocasiones transportan arena abrasiva y otras partículas. Es lo que llamamos calima, arenisca mezclada con el aire salino del mar Mediterráneo, que puede llegar a destruir las cosechas. Para evitarlos, protegeremos las plantas con un cortavientos. Después de la calima lavaremos el follaje con agua abundante.

5.7.9- Cultivo en jardines y patios traseros

En algunos países más tolerantes, se puede plantar de forma segura en el jardín o en el patio trasero, lo que permite cuidar el cultivo con el esmero que merece, y atender las necesidades nutricionales, de la tierra y del agua que las plantas necesitan.
Para comenzar hay que preparar la tierra en otoño, eliminando las malas hierbas y cavando los agujeros de plantación. Añadiremos, como siempre, una capa de más de 30cm de acolchado que hará que los elementos de la tierra se mantengan intactos y atraerá la humedad. Durante los meses de invierno, si no hacemos esto, la tierra desnuda, debido a la erosión pierde la mayor parte de su valiosa capa superior.
La tierra abonada y acolchada debería estar completamente mezclada y lista para plantar en primavera. Se puede trasplantar los plantones o los esquejes de cannabis en el jardín como se haría con unas tomateras.

5.7.10- Cultivo en terrazas

Un pequeño lugar soleado en una terraza, buena genética, macetas y tierra de calidad es todo lo que se necesita para tener un buen cultivo de terraza.
Las técnicas de jardinería dependerán del emplazamiento del cultivo, pero en terrazas, azoteas y balcones, se tendrá que tener en cuenta que son lugares azotados constantemente por el viento. Cuanto más elevado esté el jardín mas viento hará y por tanto más se secaran las plantas.
En los patios, estos jardines están más protegidos del viento y el sol fuertes.
Un sistema de riego automático puede ser una buena precaución para asegurar que estos jardines reciben la cantidad de agua adecuada.

5.7.11- Cultivo de guerrilla

Para el cultivador de guerrilla, la ubicación del cultivo y su seguridad son las principales preocupaciones. Dependiendo de la laxitud de las leyes locales, el lugar del cultivo clandestino debe ser más o menos remoto. Hay que elegir un emplazamiento que tenga el acceso restringido al público, y que no sea visitado casualmente. Buscaremos por tanto un lugar con abundante vegetación y arboleda. La marihuana es una planta vigorosa con un gran sistema de raíces, y las plantas hembra quedaran expuestas si toda la vegetación que la rodea se seca antes de la cosecha. Los macizos de arbustos espinosos, como las zarzas, o de helechos así como las hierbas de las praderas son buenas opciones a la hora de elegir el lugar.
Hay que empezar preparando el terreno seis meses antes de plantar. Despejaremos la zona circundante para permitir que llegue suficiente luz solar, arrancaremos de raíz las plantas competidoras y excavaremos agujeros de plantación de 60-90 cm2. Si fuera posible, deberemos usar abono al menos un mes o más antes de plantar para que se asiente. Los emplazamientos remotos son difíciles de visitar de manera regular por lo que es importante planificarlo y prepararlo todo de forma apropiada.
La disponibilidad de agua es un factor importante para que selecciones el sitio de cultivo. Si no podemos contar con el agua de lluvia, tendremos ubicar el jardín cerca de una fuente de agua que no se seque en verano; de esta forma, regar será más sencillo y disminuirá la probabilidad de ser descubierto mientras se transporta agua.
Las plantas necesitan un mínimo de cinco o seis horas de sol al día. Deberemos explorar el terreno durante el invierno e intentar visualizar cómo proyectarán sombra los árboles durante los meses de verano. Habrá que tener en cuenta que la trayectoria es más alta en primavera y verano.
Deberemos hacer una buena investigación sobre las condiciones de sol y la dirección media del viento y su fuerza. Los cortavientos protegen las plantas del calor y de la perdida de agua.
Seguridad
Para la mayoría de los cultivadores de guerrilla la principal preocupación es encontrar un emplazamiento seguro.
Los cultivadores de jardines de guerrilla, plantados en suelo público tienen el riesgo de ser detectados por los senderistas, pescadores u otros entusiastas del aire libre. Como están interesados en deportes y actividades recreativas concretas, no se saldrán de su camino para descubrir tu plantación a menos que los lleves hacia él.
Hay que elegir un sitio que no haga de las plantas el punto de enfoque del jardín. Debemos hacer que todo se mezcle con el entorno, de forma que no quede prácticamente ningún rastro de la operación de cultivo. Hay que esconder el cannabis entre plantas que tengan un tamaño y un follaje similares, como por ejemplo las ortigas, aunque hay que tener la precaución de no rozarlas, o sufrirá una sensación de quemazón durante 20 minutos más o menos.
Deberemos aparcar el vehículo en un lugar discreto y alejado de donde comienza el camino hacia el cultivo de guerrilla, y tener preparada una historia creíble para explicar nuestra presencia en la zona.
Cultivar en secano
Es posible llevar a cabo cultivos de secano, aun no teniendo acceso a una fuente de agua, siempre que llueva copiosamente una vez cada -como mucho- 4 semanas. Las variedades sativa tienen un sistema radicular más extenso que las índica y por ello son más resistentes a la sequía.
Una tierra solamente aceptable retiene 3 cm de agua por cada 30 cm2 de área, dando lugar a una planta de 2,1 a 2,4 m de altura con raíces de 1,5 m a los lados y 1,8 m de profundidad. Con un riego insuficiente, los cogollos serán pequeños.
Por el contrario una planta que crezca en una tierra buena y con agua suficiente rendirá de dos a diez veces más que aquellas que estén en una tierra pobre.
Una de las formas más barata y fácil de alimentar y regar las plantas consiste en cortar un agujero de 5 mm de base en un cubo de 19 L y llenarlo con agua y fertilizante soluble. Colocando un cubo por cada planta con el agujero orientado al tallo, tendrían que rellenarse cada diez días durante la época más calurosa. De esta forma podremos pasar el verano con tan sólo de cuatro a seis cubos de agua.
Mantenimiento
La mayoría de los cultivadores de guerrilla tienen como meta realizar un montaje completo que requiera poco mantenimiento. Hay que labrar la tierra, abonándola y añadiendo un puñado de polímeros que retengan la humedad. A principios de temporada, una gruesa capa de acolchado atraerá el agua, mantendrá fresca la tierra y evitará la evaporación. Hay que enterrar los clones profundamente para que desarrollen un sistema de raíces profundo, el cual no requerirá demasiada agua adicional.

5.7.12- Cosechar en exterior

Se cosecha antes de que se asiente el clima otoñal, frío y húmedo, que propicia la propagación de hongos, como la botritis (enmohecimiento de los cogollos) y el mildiu. Algunas plantas aguantan una helada corta y suave pero basta que se mantenga por debajo de 0 grados centígrados para que mueran las plantas. Hay que estar por tanto muy atento a las previsiones meteorológicas y aplicar la información al microclima donde se desarrollan tus plantas.

5.7.13- Alargar la temporada

La forma más sencilla y efectiva de alargar la temporada de cultivo consiste en localizar y aprovechar los microclimas que hacen que algunas zonas se calienten antes o retengan el calor más tiempo. La orientación según el sol, los cortavientos y los muros (de ladrillo, de mortero o de piedra) que retienen el calor pueden amortiguar los cambios de temperatura moderándola, acumulando calor durante el día y liberándolo lentamente al refrescar durante el atardecer.
También los lagos, embalses y riachuelos hacen que se modere la temperatura del aire, manteniéndola más templada en invierno y más fresca en verano.